Comenzaron en Buenos Aires las operaciones de dos sectores provinciales: uno para que se mantenga la intervención en el PJ, y otro que se llame a elecciones. |
Aquí,
el vicegobernador José Emilio “Pichón” Neder y algunos de sus compañeros de
causa sueñan con arribar y presidir el PJ, convencidos de que este año el Consejo
Nacional Justicialista decidirá su normalización con el llamado a elecciones.
También
aquí, el diputado provincial Marcelo Antonino Nazer y la coordinadora Regional
de la Anses, la abogada Gabriela Ortiz, con un grupo de peronistas históricos, aspiran que se mantenga la intervención partidaria a cargo de Jorge Franco.
Son
dos sectores irreconciliables en materia partidaria que van a disputar con
mucha porfía, con planteos judiciales y recurriendo a padrinos
nacionales para ganar la pulseada.
Sin
embardo, los de “Pichón” y los de Marcelo tienen muy buenas relaciones
institucionales, por ejemplo en la Legislatura, donde el primero es vice
gobernador y presidente del Parlamento, y el segundo ocupa el escaño de
diputado provincial por el PJ.
Antigüedad y
representatividad
Marcelo
Nazar tiene la ventaja de haberse apegado al PJ desde la misma llegada del
kirchnerismo y de acompañar a todos los interventores, a quienes Néstor
respaldó y mantuvo para evitar que, en su tiempo, regresara el juarismo.
Muerto
Carlos Juárez, el gobierno central y la cúpula justicialista optaron por seguir
con la intervención al distrito santiagueño, como un modo de no entorpecer en
nada al gobierno provincial de su principal aliado, el Frente Cívico por
Santiago. Claro, el líder de esta alianza radical-peronista, Gerardo Zamora,
se convirtió desde el inicio en el “primer referente kirchneristas de
la provincia”, viene tributando victoria tras victoria al Gobierno nacional con una monolítica estructura en la que confluyen vertientes radicales y justicialistas.
Avalado, entonces, por su fortaleza electoral, también
“Pichón” Neder se cree con ventaja y bien posicionado, persuadido de que es
hora de que la línea interna Bases Peronistas (con demasiados pergaminos y triunfos) exija la normalización y la compulsa interna que le posibilite
llegar a liderar al partido santiagueño.
Mazzón tiene dos, y Kunkel uno
Franco, interventor del PJ-Santiago, con uno de sus asesores y respaldando a Marcelo Nazar y a Gabriela Ortiz, hace menos de un mes. |
Nazar
es amigo personal del vicepresidente primero del PJ, el gobernador del Chaco y
actual jefe de Gabinete, Jorge Milton “Coqui” Capitanich, del apoderado
nacional Jorge Landau, y, sobre todo, del coordinador General de Asuntos
Político-institucionales de la Unidad Presidente, el conocido operador Juan Carlos “Chueco” Mazzón.
Hoy, el mendocino tiene rango de secretario y, además, la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner designó como su segundo, justamente, a Jorge Franco, que
es el interventor del PJ-Santiago y amigo de Nazar.
Para
una mejor comprensión, todas las cuestiones político-partidarias entre peronistas,
dentro de la Casa Rosada, son digitadas por Mazzón, y es donde Marcelo y Gabriela
parecen ostentar “la casa del medio”. Varios hechos recientes lo subrayan: Gabriela
no sólo fue designada consejera nacional del PJ, sino que ahora ostenta el
cargo de coordinadora Regional de la Anses, en una designación en la que definieron
a su favor figuras prominentes de La Cámpora y, otro caso, fue el puesto de
mucho lustre que consiguieron en la Casa Rosada para la contadora Ana María
Corradi, flamante embajadora en la República de Paraguay.
En
la otra vereda, “Pichón” Neder abrió también una puerta, la del diputado
nacional bonaerense Carlos Kunkel, quien si bien tiene mayor exposiciones como
“jugador” del kirchnerismo puro, también opera dentro del partido. Fue Kunkel
quien llevó a Neder a convertirse en consejero nacional. A esa jugada, Mazzón le
devolvió golpe a golpe retrucando con la designación de Gabriela en ese asiento
partidario.
Sólo una cuestión local
Sólo una cuestión local
Kunkel, en marzo de 2012, vino a Quimsa a apoyar a un plenario de Bases Peronistas y a “Pichón” Neder. |
Entre
tanto, los analistas pejotistas, desde Buenos Aires, hacen saber que esta
interna que ha comenzado a suscitarse en Santiago del Estero “no está todavía
en la agenda” de las autoridades partidarias de la sede de la calle porteña
Matheu 130. “Nadie sabe nada sobre el tema y, por ahora, al parecer, el
distrito Santiago va a seguir intervenido hasta que termine el gobierno
kirchnerista el 10 de diciembre de 2015”, comentó uno de los más veteranos
periodistas que conoce todos los secretos del PJ Nacional.
¿Kunkel,
amigo de Neder, tendrá peso como para cambiar la estrategia de los Capitanich,
los Mazzón y los Franco, que son amigos de Nazar?
Claro
que para calibrar la seriedad de estas cuestiones partidarias, de amistades y
de padrinazgos, hay que conocer la estrategia de la cúpula kirchneristas sobre
el futuro político-institucional de Santiago del Estero dentro del concierto
nacional. Y, hoy por hoy, nadie duda que el kirchnerismo mantendrá su alianza
con Gerardo Zamora, al que consideran aliado leal y “conductor de las mayorías
triunfantes” que acompaña a las políticas globales; no sólo con una gobernadora
y un vice, sino con tres senadores y siete diputados nacionales. La última
muestra de la consideración que tiene el kirchnerismo a Zamora como “propia
tropa”, ha sido la distinción del ungirlo presidente provisional del
Senado.
Por
todo ello, y frente a este contexto, la discusión sobre la necesidad o no de
normalizar el PJ-Santiago se parece simplemente a un sueño y a una discusión que
termina en nuestra comarca, en nuestro provincianismo.