El papa Jorge Mario Bergoglio dijo éste miércoles que la Tierra “por nuestra culpa, ha sufrido un gran deterioro; la hemos dañado y saqueado”. |
Francisco
ha reconocido que “a causa de nuestro egoísmo, hemos olvidado que somos
custodios y administradores, y hemos ofendido al Padre bueno que vela sobre
todas sus criaturas”. En definitiva, “hemos pecado contra la tierra, contra
nuestro prójimo y, en definitiva, contra el Creador”.
Según
el Papa, “la presente pandemia nos está enseñando que solo si estamos unidos y
haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos
globales y cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivan en
comunión y prosperidad”.
El
Santo Padre ha dedicado la audiencia general -seguida ahora por millones de
personas en sus casas a través de Internet y televisión-, a reflexionar sobre “la
Casa común” en el cincuenta aniversario del establecimiento del Día de la
Tierra y el quinto aniversario de la encíclica ecológica “Laudato si”, cuyo
carácter profético se advierte cada vez con mayor claridad.
En
un contexto religioso, Francisco ha subrayado que “no somos solo materia, sino
que llevamos también el ‘aliento de vida’ que procede de Dios, y vivimos en
este mundo como una única familia humana, en medio de la biodiversidad de las
criaturas del Señor”.
Según
el Santo Padre, “creados a imagen y semejanza de Dios, estamos llamados a
cuidar y respetar todas sus criaturas, pero con especial amor y compasión a
nuestros hermanos, sobre todo a los más débiles, imitando el amor que Dios nos
tiene y nos manifiesta en su Hijo Jesús”.
Francisco
ha aplaudido la actividad de los “movimientos internacionales y locales que
despiertan las conciencias. Seguirá siendo necesario que nuestros hijos se
manifiesten en la calle para enseñarnos lo que es evidente: que no hay futuro
si destruimos el ambiente que nos sostiene”.
En
su opinión, “necesitamos mirar de un modo nuevo a nuestra casa común. No es un
depósito de materias primas a explotar. Para nosotros, los creyentes, es ‘el
Evangelio de la Creación’. Al celebrar el Día de la Tierra estamos llamados a
redescubrir el respeto sagrado a la tierra, porque no es solo nuestra casa sino
la casa de Dios”.