Por Damián Juárez, en
diario Crónica de Buenos Aires.
En 2017 vamos a votar y son dos las lecturas: 1) se eligen legisladores y 2) se plebiscita al gobierno nacional que conduce Mauricio Macri. |
¿Qué votaremos el año que viene? La primera
respuesta es que se renuevan los legisladores. Pero la pregunta más profunda es
si, a la hora de ir a las urnas, vamos a ocuparnos de ver cuáles son los
mejores legisladores que nos representen o si vamos a opinar sobre la marcha
del gobierno de Mauricio Macri.
Todos los partidos políticos esperan el segundo
escenario. Los comicios versión 2017 serán un plebiscito de la gestión del
Presidente: si la gente está contenta con el cambio expresado en las urnas a
fines de 2015 o busca otras opciones.
La marcha de la economía será clave. Tras un
primer semestre de mucho ajuste, llega por fin la primavera desde todo punto de
vista: inflación más baja y posible reactivación de la economía real. Habrá que
ver cómo se sienten los bolsillos llegado el momento.
Tres que
festejan
Se sabe que el año que viene, al margen de la suerte de Macri, juegan su mejor momento figuras como Sergio Massa, Margarita Stolbizer y María Eugenia Vidal. |
Hoy, Sergio Massa, Macri y el peronismo festejan
casi por igual. Creen que el electorado está partido en tres tercios, y que se
lo dividen de manera equitativa.
En la crucial provincia de Buenos Aires,
termómetro de todo el país, desde el lado del oficialismo hay confianza en que
la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal podrá trasladar gran parte de su
excelente imagen del 60% positiva hacia el candidato que asoma con fuerza,
Jorge Macri. También saldría a la cancha Elisa Carrió, con su impactante poder
para denunciar hechos de corrupción del gobierno K.
Sergio Massa mide muy bien, pero si juega o no
el año que viene es todo un interrogante. Los que conocen de cerca el ajedrez
político dicen que está obligado a participar, que el Frente Renovador sin su
figura es una cáscara con poco contenido, y que él garantizaría la renovación
de los legisladores que se eligieron en 2013. Su cercanía a Stolbizer también
le sumaría. También puede elegir no ser candidato, aunque en ese caso la
apuesta sería muy riesgosa. Su fuerza política perdería legisladores y poder de
negociación.
Por último, el peronismo debería encaminarse a
la unidad. Cristina y Scioli siguen midiendo bien en el conurbano profundo,
allí donde los votos se cuentan por millones. Por lo menos 20 puntos, aseguran.
Tienen el problema de que un grupo de intendentes, aliados a su vez con
gobernadores peronistas de la nueva camada -que se llaman a sí mismos Grupo
Esmeralda- no quieren saber nada con ellos y buscan formular una segunda
renovación peronista.
Desde el lado del kirchnerismo y del sciolismo,
se analiza que este grupo no tiene candidatos ni la fuerza necesaria para
cortarse solo y antes de ir a una interna terminarán fusionándose con ellos.
Creen que esta maniobra para “despegarse” la hacen para negociar mejores
lugares en las listas.
Una
elección polarizada
Los analistas coinciden en que los comicios del año que viene (parlamentarios), la voluntad popular se polarizará entre marcristas y antimacristas. |
Para muchos, la elección se terminará
polarizando entre macristas y antimacristas, escenario que favorecería al
peronismo y debilitaría las chances del Frente Renovador. Los peronistas que no
están con Massa apuestan a que la situación se tense desde lo social, e
imaginan un escenario donde la única pregunta sea si estás de acuerdo o no con
Macri, lo que llevaría votos hacia una opción de oposición más radicalizada,
donde el peronismo duro tendría mejor oportunidad.
Massa, por su parte, seguirá apostando a su
perfil moderado y de oposición “no destructiva”. El ex intendente de Tigre se
imagina que el kirchnerismo y lo que queda de él no podrá zafar de la dinámica
de hechos de corrupción por todos conocidos, y que el peronismo “lo irá a
buscar” como refugio y garantía de futuro.
Así está planteado hoy el
tablero. Lo que pase con la economía de la gente, el desempleo, las paritarias,
las tarifas y la inseguridad jugarán también su rol. Pero está claro que nunca
en una elección de medio término los argentinos votamos sólo legisladores. Los
comicios serán un termómetro de cómo se sienten los argentinos con el gobierno
de Cambiemos y posicionarán a las fuerzas que quieran competir por la
presidencial en 2019.
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