El gobernador Gerardo Zamora, saluda a un niño |
Muchos
están convencidos que Gerardo Zamora, ganador amplio en las primarias del 11 de
agosto, se duerme en los laureles, no hace nada y que tiene todo paralizado,
en esta campaña hacia el domingo 27. Es lo creen, equivocadamente, los de
afuera.
En
cambio, los que están cerca de la Casa de Gobierno comprueban cómo funciona el
aparato provincial y partidario y de qué manera beneficia al oficialismo.
El
gobernador emplea las 24 horas y controla todos los frentes. Personalmente. Sin
intermediarios. No falta a una inauguración de obra pública ni tampoco a las
más insignificante reunioncita de 15 ex peronistas que se arrepintieron tarde y
se convirtieron en zamorista; como la vez pasada que perdió un par de horas
para compartir un asado donde Darío Moreno y Emiliano Aguirre (ex figuras
destacadas del juarismo y del iturrismo), le amontonaron amigos y le rindieron
lealtad y pleitesías.
Eficiencia
de las tácticas
Cuando
los muchachos del zamorismo (¡bah, de Bases Peronistas, encargados del trabajo
sucio!), destruyen afiches, carteles y gigantografías de las agrupaciones
políticas opositores; ó desaparece de los medios tradicionales cualquier
manifestación de “los de la contra” y sólo relucen límpidas las propagandas
callejeras de la alianza gobernante, es que se están implementando tácticas
detrás de la estrategia de iluminar a unos candidatos y oscurecer a otros.
El
resultado, lógicamente, es beneficioso para la Casa de Gobierno, porque la
gente cree que todo está parado, que hay indiferencia y desinterés, y hasta hay
algunos que se convencieron que “no interesa” la elección del otro domingo.
Es
al revés, Zamora rastrilla la provincia y pone el pecho solito. Está convencido
que es la única manera de “barrer” con la oposición y llegar a superar el 85 y
hasta el 90 por ciento de votos para que no hayan dudas de que “el pueblo
comparte su re-relección”. Los votos son indiscutibles, y ante ellos pueden
rendirse los planteos judiciales y los que suponen que existirían vicios de
inconstitucionalidad en el proceso electoral: ese parecería ser su principal
razonamiento.
Después
de un categórico triunfo, la noche del 27 de octubre se termina toda historia
opositora: sería otra de sus consignas.
Y,
decíamos: se la banca solo. Y no acepta intermediarios, encarando “su” propia campaña”
en la búsqueda de “su” propio triunfo. Se quiere “medir” y saber cuántos son
los santiagueños y las santiagueñas que lo apoyan con votos por “su gran
trabajo para el engrandecimiento de Santiago del Estero”.
Jugado
a muerte
El
triunfo del Frente Cívico por Santiago le daría varias satisfacciones a Zamora:
ganar las dos bancas de senadoresr (Daniel Brué y Ada Iturrez de Cappellini);
los tres escaños de diputados nacionales (Cristian Oliva, Norma Amanda Abdala
de Mattarazzo y Humberto Juárez), una amplísima cantidad de los cuarenta
diputados provinciales y otro tanto de las comisiones municipales.
Sin
embargo, en esta compulsa, Zamora y sus socios de Bases Peronistas y CGT,
aspiran a obtener también la tercera banca de senador nacional; el de la minoría,
y para ello utilizaron una lista colectora que encabeza el gremialista y actual
diputado provincial, Gerardo Montenegro.
Esta
ingeniería le salió perfecta en las primarias del 11 de agosto, porque
Montenegro salió segundo y, si se repitieran los guarismos, será seguro el
tercer senador.
Por
todo ello (que es jugar fuerte y mucho), Zamora se convirtió en el jefe de
campaña de las dos listas a senadores: la oficial y la colectora.
Rached,
¿aumentará los 55.500 votos?
El senador Emilio
Rached, con madres campesinas.
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El
radical Emilio Rached, en una embestida increíble, obtuvo el tercer lugar en
las primarias sin aparato y sin recursos. Lucha, en verdad, desde la
intemperie.
Ocurre
que “El Turco” ha conseguido conquistar, fundamentalmente, al voto joven, en
especial al gran segmento de estudiantes universitarios y secundarios, quienes
se transmitieron las tres palabras “Votar a Rached”, en una inusitada y
afiebrada práctica de los mensajes por teléfonos móviles y por las redes
sociales.
Confiesan
sus allegados que, ahora, cuando la ciudadanía comprobó que es el único
candidato “anti-kurchnerista”, aspira a superar los 80 mil votos, en proporción
al crecimiento del disgusto y el rechazo entre grandes segmentos santiagueños a
las políticas nacionales de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Su
mensaje sintético de “Cambio” está dirigido, subliminalmente, a hacer perder el
miedo a los empleados públicos y a dirigentes radicales y peronistas
desencantados con la coalición gobernante.
Ana
Corradi, sola en La Banda
Senadora Ana Corradi,
premiando a una anciana. |
Después
del estrepitoso fracaso electoral de la dupla Héctor Eduardo Ruiz-Marcelo
Nazar, la contadora Ana María Corradi pasó a encabezar la lista a senadores
nacionales por el Frente para la Victoria, y lidia, en soledad, por mejorar la
perfomance de las primarias del 11 de agosto.
Hace
quince días que recorre los departamentos Banda, Robles y Capital, dejando el
resto de la provincia a los punteros de lo que fuera el Movimiento Viable. Puso
la cara y ahora le mete para adelante con mucha actividad, aspirando a volver a
recuperar, con claridad, la ciudad de La Banda.
Su
mensaje es simple pero llega: “Todos saben lo qué he realizado en 6 años como
senadora nacional, y espero que me vuelvan a apoyar. Saben que carezco de
espacios en los medios gráficos tradicionales, pero les pido que utilicemos los
medios alternativos de internet que son los únicos por los que puedo hacer
conocer mi trabajo proselitista y mi mensaje”.