lunes, 29 de noviembre de 2010

Los niños, víctimas de la inequidad y las desigualdades sociales

El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia del Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, junto a las Fundaciones Arcor, Telefónica y Minetti, puso a disposición de la sociedad argentina el estado de situación de la niñez y adolescencia en tres boletines que abordan dimensiones de derechos fundamentales para el progreso social: “Persistentes desigualdades sociales en el acceso a la educación”, “El trabajo infantil-adolescente y la reproducción de las desigualdades sociales” y “La (in)equidad en los procesos de crianza y socialización”. En este informe elaborado a partir del análisis de los últimos tres años (2007-2009) en el campo de la problemática de la educación en la Argentina urbana, se menciona un escenario en el que la exclusión y el déficit educativo en el nivel primario y más profundamente en el secundario, se presentan como problemas estructurales, en los que las desigualdades sociales se revelan persistentes en el tiempo y claramente regresivas para los niños, niñas y adolescentes más vulnerables.
En otras dimensiones, más relacionadas con atributos de la oferta educativa, se visualizan progresos, aunque el gran desafío continúa siendo achicar la brecha de desigualdad. En particular, en el caso de las mejoras observadas en la inclusión educativa en el nivel inicial no obligatorio entre los 2 y 4, que se registran mayormente en los estratos medio y medio altos. Asimismo, se observa una mayor oferta de enseñanza de computación y segundo idioma en las escuelas pero que continúa favoreciendo a los estratos sociales más aventajados.
En el boletín se presenta una aproximación a las principales desigualdades sociales, regionales, educativas y de género que atraviesa la problemática del trabajo infantil y adolescente. Estas desigualdades en la propensión y tipo de actividad laboral se manifiestan desde la niñez (5 a 13 años) y se intensifican durante la adolescencia (14 a 17 años).
La propensión a la realización de trabajos domésticos y no domésticos por parte de la niñez y la adolescencia aumenta a medida que desciende el estrato socioeconómico. Y si bien la mayoría de los niños y niñas trabajadores asiste a la escuela, se registra una fuerte asociación entre la propensión al trabajo doméstico y no doméstico, y el rezago educativo que tiende a profundizarse en la adolescencia. Las desigualdades entre las niñas y los niños, por su parte, señalan una división intrafamiliar del trabajo donde todavía tienden a primar criterios sexuales.

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