Por Ceferino Reato, periodista y escritor, autor de “Operación Primicia”.
El ex presidente Néstor Kirchner, junto Hebe de Bonafini, durante la presentación de un plan habitacional para los vecinos de la Villa 15, de Ciudad Oculta. |
Los participantes de ese encuentro se retiraron tranquilos con relación a la eventual responsabilidad de ese municipio en las irregularidades que investiga la Justicia. “Los convenios que firmábamos con la Nación decían que la construcción de las viviendas estaba a cargo de la Fundación Madres de Plaza de Mayo”, sostuvo.
El informante fue categórico sobre el esquema armado por el gobierno nacional y las Madres. “Todo se basaba en la emergencia habitacional que afecta a los sectores populares con el propósito de eludir el llamado a licitación pública y para que las viviendas fueran construidas por Meldorek, la empresa de Schoklender. En la práctica, no había ninguna posibilidad de controlar costos ni obra. Y cuando no le pagábamos, llamaba él”.
Él es, o sería según esa fuente, Néstor Kirchner, el ex presidente.
Más allá de las palabras atribuidas a ese intendente, es difícil imaginar que Kirchner podía no saber cómo se gastaban nada menos que 765 millones de pesos, de un total de 1.200 millones de pesos ya comprometidos, que el gobierno nacional cedió para la construcción de viviendas populares a cargo, en la práctica, de una sola empresa: Meldorek.
En ese sentido, hay que recordar dos cosas: que Kirchner le dio prioridad a la alianza con las Madres de Plaza de Mayo y, en particular, con Hebe de Bonafini, y, además, el celo con el cual controlaba todos y cada uno de los negocios que involucraba dinero público.
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