Por Miguel Longarini (poema urgente en homenaje a Cristian Ferreyra).
Cristian Ferreyra (con su pequeño hijo), fue asesinado el 16 de noviembre de 2011 por sicarios de ricos sojeros, en complicidad de la justicia y la policía del “nuevo Santiago” de Gerardo Zamora. |
Hacía tiempo que le tenían ganas,
que le echaban el ojo para voltearlo,
para apartarlo del medio:
para seguir talando hasta el último árbol.
Ellos -los hombres de la soja-
miden la vida por toneladas de porotos,
por bolsones de soja que ha parido la tierra.
La tierra que envenenan
la tierra sangrada
la tierra desolada
la tierra desterrada.
Cristian Ferreyra se llamaba.
Era pibe y tan padre nuestro,
apenas hecho hombre y ya muerto
tenía el mandato de sus orígenes
que no podía entregar su futuro,
su cultura, su sagrada historia.
Así le puso el cuero, el cuerpo;
el bravo rojo de su sangre
defendiendo su causa , su casa.
Cayó muerto en el Paraje San Antonio
entre sus hijos, entre sus pares
en Monte Quemado;
en el monte del des-monte
con el grito olvidado.
Seguramente a esta hora
en que la justicia duerme
y la soja sigue matando,
surgirán más compañeros,
más hijos de los hombres buenos
que poblarán los días,
los veranos , los inviernos
tratando de poner rumbo
al futuro de este infierno.
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