Por Última Hora Diario.
Gerardo Zamora, el “compra prensa” que no pudo con varios medios alternativos que optaron por informar la verdad; lejos del calor oficial. |
Quienes luchamos día a día por informar con la verdad, objetivamente, con la sola finalidad de llevar a la ciudadanía la realidad que se vive en Santiago del Estero (que lamentablemente no es la que muestran los diarios oficialistas) somos “castigados”.
A Última Hora Diario hace un año, y sin explicación alguna, se le quitó la pauta publicitaria oficial, que por ley corresponde a todos los medios de comunicación, en una suerte de “apriete” para modificar la línea editorial.
Como si esto fuera poco, desde los distintos organismos provinciales y municipales se nos niega información sobre las actividades oficiales, tanto es así que ni siquiera se permite la acreditación de nuestros periodistas para cubrir los actos.
Otro dato por demás llamativo es lo dispuesto por la cúpula policial, que ordenó que todo lo relativo a hechos delictivos, accidentes, etc., sea manejado a través de la oficina de Relaciones Policiales. Esto conlleva un grave perjuicio para quienes tenemos el deber de revelar la inseguridad reinante, ya que ahora sólo se da a conocer lo que es conveniente para la fuerza.
¿Cuál es nuestro pecado señores funcionarios?
Tal vez el publicar la verdad, siempre documentada, sin incurrir en el facilismo del adjetivo calificativo, respetando las investiduras, realizando periodismo de calidad e independiente, sin observar las directivas, algo que sí hacen los medios oficialistas.
Nos negamos rotundamente a la ridiculez de parecernos a un boletín oficial plagado de fotos del primer mandatario provincial y del intendente, lanzando loas por obras realizadas con faraónicos presupuestos, mientras miles de santiagueños siguen sin tener un plato de comida para llevar a la mesa de sus hijos.
Jamás dejaremos de ser un espacio para quienes deseen ser escuchados, seguiremos denunciando las irregularidades, los desmanejos y atropellos. Basta recordar el motín del Penal de Varones, que se cobró la vida de muchos reclusos y casi 5 años después no hay ningún responsable político del lamentable hecho.
Continuaremos sosteniendo que Julio Alegre no debe ser el único detenido por la estafa al municipio capitalino, porque hay otros funcionarios involucrados que también habrían atentado contra el erario provincial.
También persistiremos en la lucha de saber la verdad porque Domínguez no se suicidó y Llugdar falleció en extrañas circunstancias que llevaron a su familia a investigar.
Proseguiremos brindando cobertura periodística a los exonerados policiales, a los docentes y a todos aquellos que se animan a manifestarse y reclamar por sus derechos.
Porque esto debe tener un fin, ya que en esta provincia los adversarios son enemigos a perseguir.
Ojalá algún día Gerardo Zamora, dicho con el mayor de los respetos, aprenda a convivir con aquellos que pensamos distinto a él, é informamos, pero jamás difamamos.
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