Zamora prohibió a empleados públicos (ahora a los de la dirección de Arquitectura) a no tomar contacto con la prensa, temeroso de que sean los que informan de las corruptelas de sus funcionarios. |
Temen, claro está, que algún empleado avispado amigo o conocido de trabajadores de prensa comente algún dato de los diarios affaires que se descubren en esa repartición donde se despilfarraron y se despilfarran los dineros públicos. Plata, en fin, de todos los santiagueños, que van a parar en los bolsillos de funcionarios y de sus socios o amigos “empresarios de la construcción” que perciben por obras que no construyen, o que construyen pero cobran dos veces, a través de las ya famosas “facturas mellizas”.
Una nueva mordaza del zamorismo, como la de bloquear en las computadoras de las oficinas públicas los sitios de Código Rojo o Arena Política, suponiendo que va a lograr tapar las noticias sobre el latrocinio de este gobierno, sin advertir que los empleados provinciales son los que conocen, de primera mano, todas y cada una de las corruptelas que se registran en la administración de Gerardo Zamora.
Es que éste gobernador cree que va a imponer su propio “sistema democrático” hiriendo de muerte a la libertad de prensa y de expresión, olvidando que son el sostén principal del verdadero sistema republicano.
Además, para qué prohibir hablar con la prensa o censurar a Código Rojo y Arena Política. Zamora debería entender que son “castigos” sin sentido, porque igualmente la ciudadanía santiagueña se entera de las corruptelas. Es cuando sus funcionarios exhiben la “riqueza” de la provincia, pero a través de la ostentación de sus bienes personales.
Los santiagueños asisten a un festival de despilfarros de los fondos públicos de los que roban al Estado con total impunidad, sin necesidad de ingresar a sitios web como Código Rojo o Arena Política.
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