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| Rached y Lugones sin ninguna representatividad se hicieron elegir delegados por la UCR-Santiago, empañando el plenario donde el radicalismo nacional eligió a José Corral como nuevo presidente. |
Con
el partido intervenido y el interventor ausente, de nuevo Emilio Rached y
Marcelo Lugones se arrogaron la representatividad de los radicales de Santiago
del Estero en otro atropello a la histórica UCR que, en nuestro medio, sigue
manejado caóticamente por apenas dos personas.
Esta
vez, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rached y Lugones se hicieron
designar delegados al Comité Nacional desoyendo las disposiciones de la Carta
Orgánica que establece que esta representatividad se gana a través de
elecciones internas.
Como
dueños de la UCR-Santiago ambos dirigentes se auto proclamaron “representantes”
de los radicales de la provincia, y sumaron a dedo a dos amigos suyos: Maura
Maguna y Facundo Quiroga.
Planteos jurídicos
Se
sabe que entre gallos y medianoche, el siempre ausente interventor de la
UCR-Santiago, Marcelo García, dio vía libre a Rached y a Lugones para “representar”
a todo el radicalismo de nuestra provincia en el plenario donde se eligió al
santafesino José Corral como nuevo presidente del partido, en reemplazo de
Ernesto Sanz. (La mesa de conducción de la UCR quedó conformada de la siguiente
manera: Presidente, José Corral; vicepresidentes, Raúl “Chuli” Jorge, Silvia
Elías de Pérez y Sergio Pinto; Secretarios: Carla Abugauch, Walter Ceballos,
Mario Cimadevilla, Juan Nosiglia, Víctor Quinteros, Luis Sacca, María Luisa
Storani, Gustavo Valdés, María Luisa Velazco, Alejandro Vidal, Víctor
Zimmermann, Pablo Blanco, Juan Manuel Casella, Yenny Fonfach Velásquez, Daniel
Gardonio, Miguel Ángel Giubergia, Santiago Mascherano, Rafael Pascual, José
Riccardo, Gabriela Tasso y Jorge Boasso).
De
paso, la dupla Rached-Lugones usurpó la representatividad de los
santiagueños para figurar como delegados al Comité Nacional del Radicalismo.
Frente
a ello, vastos sectores de correligionarios preparan planteos judiciales en
contra de lo que consideran un avasallamiento a la voluntad de los radicales
santiagueños, y la violación de la Carta Orgánica partidaria.
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