El senador Montenegro reconoció en la Cámara Alta la gestión de Gerardo Zamora quien, como gobernador, “unió a los santiagueños luego de años de enfrentamietnos y desencuentros”. |
Durante
su exposición de este miércoles 27 en la Cámara Alta, el senador peronista Gerardo
Antenor Montenegro contó la experiencia político-institucional de Santiago del
Estero y destacó el rol de Gerardo Zamora “porque fue capaz de unir a un
pueblo que venía de dolorosos enfrentamientos”.
Con
estos relatos el sindicalista y legislador intentó sensibilizar al Gobierno de
Mauricio Macri “porque no es justo echar a la calle a empleados públicos y
derrochar la oportunidad de construir la paz social en la Argentina”.
“Del
83' para acá, los santiagueños sufrimos dos intervenciones federales y con ellas
cayeron dos gobiernos peronistas que nos habían llevado a enfrentamientos y
desencuentros. Por ello, en febrero de 2005, el pueblo peronista de Santiago del
Estero (la provincia más peronista del país), eligió a un radical como
gobernador acabando con la hegemonía de 40 años de gestiones justicialistas”,
contó.
“Otro
dato: la CGT de Santiago del Estero es la única que está unificada desde hace
más de 10 años”, dijo Montenegro y remató: “Éste gobernador radical llamó a esa
central obrera para comenzar a construir el puente que nos llevaría a la unidad
provincial, a la convivencia y a la paz social”.
“Zamora
tuvo que convencer a sus correligionarios porque en 40 años, lógicamente,
fueron muchos los hombres y mujeres del peronismo que llegaron a ocupar cargos
públicos. Lejos de pensar que allí había mucha militancia política, Gerardo
Zamora optó por cerrar la grieta, convocarnos y, entre todos, elaborar
las políticas de Estado que necesitaba la provincia”, agregó.
Montenegro
confesó: “Por supuesto, como peronistas y dirigentes sindicales tuvimos que dar
muchas explicaciones y poner la cara toda vez que nos interpelaron nuestros
compañeros. Hicimos, desde la CGT, lo correcto: respetamos la voluntad popular que
había elegido a un radical. Claro que ese radical buscó el diálogo en lugar de
iniciar una caza de brujas y echar empleados públicos”.
“En poco tiempo la inmensa
mayoría de los santiagueños vio sus frutos porque su clase dirigente unió
esfuerzos y comenzó a hacer reflotar a una provincia que no tenía nada y que
había sido empobrecida. Juntos, entonces, elaboramos políticas de Estado detrás
de un proyecto común de unidad y crecimiento, dentro de un ambiente de
convivencia y paz social que devolvieron credibilidad para generar fuentes
laborales privadas”, concluyó.
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