La Cámpora ha comenzado a mostrar sus cartas en Santiago del Estero, y la primera es la de su firme oposición a que Zamora viole la Constitución con su proyecto de la re-reelección. |
Los informes de la Side y de Informaciones del ejército han sido contundentes con corruptelas y latrocinios bien detallados y probados: licitaciones arregladas para socios o testaferros; ingreso, distribución y traslado de drogas que llegan a pistas clandestinas de nuestro territorio con el amparo del poder político; escandalosos sobreprecios de la obra pública; abandono del zamorismo a dos áreas fundamentales como Educación y Salud; falta de independencia del Poder Judicial y del Poder Legislativo; funcionamiento irregular de la policía provincial con jerarcas que aparecen implicados en tráfico de drogas, crímenes y robos de bienes a detenidos; cooptación total de los medios de prensa (algunos de ellos adquiridos por Gerardo Zamora y Elías “Sugus” Suárez), y consecuente falta de libertad de expresión; obsceno enriquecimiento ilícito de funcionarios desde el gobernador, pasando por ministros, subsecretarios, directores, habilitados, empleados, secretarías y conocidos testaferros y prestanombres, etcétera.
El peor gobierno
Afortunadamente, llegó al poder central el dato de que el gobierno de Zamora es emblemático de lo que podría denominarse “cosmética en política”. El kirchnerismo ha comprobado que la institucionalidad de la provincia es manifiestamente de utilería, pues debajo de los rimbombantes anuncios y actos de reivindicación, cambio, progreso y reparación histórica (sobre todo en alusión a “los 50 años de juarismo”), subyace una concentración de poder y una pésima calidad institucional que superan claramente a Carlos Arturo Juárez que tanto han demonizado.
Frente a esta comprobación, se les cayó la venda de los ojos a los ministros del gobierno nacional como Julio De Vido o los hermanos Abal Medina, que han comenzado a “despegarse” de los Zamora y de los “Sugus”.
Pocos creen que Cristina Fernández de Kirchner le ha bajado el pulgar a Gerardo y que no avalará su pretensión de violar la Constitución provincial en la alocada búsqueda de una re-reelección.
Zamora tiene todos los informes sobre la bronca del “cristinismo” y de La Cámpora por su mala gestión, y por ello ha suspendido la campaña publicitando su “tercer mandato inconstitucional” programada para marzo. Ya en febrero distribuyó dineros a intendentes, comisionados, diputados, etc., para que compren todos los elementos y embardunen la provincia con el eslogan “Zamora 2013”, pero ha decidido suspender el operativo re-reeleccionista.
El único más papista que el Papa es su socio (en negocios, por supuesto), Gerardo Montenegro, quien ha mandado a sus “barras bravas” bien pagados a pintar algunos muros de la ciudad Capital.
La sorpresa mayúscula de Zamora y sus chupamedias fue cuando advirtieron la reacción de La Cámpora-Santiago (que tiene instrucciones de Máximo Kirchner), que salió a borrar y a tachar el “Zamora 2013”.
Por supuesto, los socios del zamorismo rápidamente detuvieron las pintadas, sabedores de que no les conviene un enfrentamiento de aerosoles con la agrupación de más peso dentro del gobierno de la Nación.
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