Ironías sobre el Santiago Lawn Tennis Club

Por un lector de Arena Política.



La tradición del Santiago Lawn Tennis Club se ve ultrajada a raíz de denuncias por presuntas irregularidades.

Los que nos critican por supuestas irregularidades no saben que el Lawn Tennis es un club de amigos, en el que se cada uno va a relajarse. Allí rige el “pasala bien” y el “not problema”, y sus socios son gente amiga o conocida o amiga de amigos o conocida de amigos o conocida de conocidos. Entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera. Todo el que “llega” en Santiago se hace socio del Lawn Tenis. Es un club que a cualquiera que tenga una 4 por 4 le queda cerca. Deja a los chicos con la niñera y que chivateen tranquilos, pero que nadie venga a turbar la paz de los “New Richs”, porque somos muchos y todos nos pertenecemos.
“Oiga señora, ¿no nos hemos visto en la pileta del Lawn Tenis? ¡Sí!. Ah, bueno, entonces pase por aquí. No haga cola, por favor. ¡Ustedes!, ¡los demás!, ¡sí!, esperen”.
No es lo mismo ser socio del Lawn Tenis que, por ejemplo, de la biblioteca Únzaga. ¡Haga el favor! Compare las cuotas y va a ver que en uno hay gente importante que sabe disfrutar la vida con lo que sirve, y en el otro hay simples jugadores de tenis o de rugby; no precisamente inteligentes.
Quisiera saber, ya que estamos, y si me lo publican esto, ¿cuánto paga el Lawn Tenis por el predio ubicado detrás y rodeando el colegio de Arquitectos? ¿Quién los autorizó a adueñarse de semejante terreno, algo que no le dejan hacer prácticamente a ninguna otra institución de Santiago? ¿Y cuándo lo devolverán, si es que alguna vez lo hacen?