El Movimiento de
Campesinos de Santiago del Estero salió en defensa del padre Roberto Murall, a
quien Polti no le renovó el contrato.
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Como
Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero), en representación de más
de quince mil familias de todo el territorio provincial santiagueño, abarcado
por las dos diócesis de Santiago del Estero, nos dirigimos al obispo diocesano
Francisco Polti y a las comunidades diocesanas, conmovidos por su decisión de
apartar de nuestra diócesis al Padre Roberto Murall, un humilde y fiel servidor
de nuestro movimiento provincial.
Desde
su llegada a Santiago del Estero, hace más de 14 años, hemos aprendido a querer
al padre Roberto como un integrante más de nuestra organización campesina-
indígena, y a recibir con mucho agrado sus alientos de pastor, animando nuestra
vida y nuestra fe, la importancia de no claudicar en la esperanza de las
legítimas luchas por nuestros derechos campesinos ancestrales; arraigados en la
fe sencilla que nuestro pueblo lleva adelante. Su palabra, su prédica, su
acompañamiento y, por sobre todo, su testimonio de vida y de servicio a los
pobres, anima nuestro espíritu popular del monte, a donde él siempre seguirá
llegando, como varios otros sacerdotes, religiosas y unos pocos obispos, porque
comprenden nuestra idiosincrasia.
Desde
el Movimiento damos fe del compromiso sacerdotal del padre Roberto con las
comunidades campesinas-indígenas santiagueñas, del acompañamiento a sus
problemáticas sociales, sobre todo en la lucha por la defensa de la tierra, el agua
y el monte; acciones que siempre impulsa en las comunidades, desde la prédica
de la Palabra de Dios, haciéndonos sentir un Dios cercano, que no abandona a
sus hijos. Es por eso que estamos convencidos que esta es la manera más
cristiana de acompañarnos y catequizarnos, desde los valores humanos y
cristianos: “La oración mueve los corazones a la acción”. En este sentido,
también constatamos que muchos de nuestros compañeros de organización, que a
pesar que no tienen la misma fe católica, se han inspirado en la prédica del
padre Roberto, animándose a no abandonar la lucha conjunta.
Como
campesinos nos sentimos parte de este modelo de Iglesia, ya que creemos es el
fiel testamento a las Palabras de Jesús, que el padre Roberto y otros
sacerdotes predican, no solo con la palabra sino por sobre todo con el
ejemplo... “metiendo los pies en el barro”, como muchos de nosotros decimos,
comprometiéndose con los que tenemos “la Vida y la Fe amenazadas”.
Compromiso
incumplido
Fortísimo documento del Mocase repudia la actitud del obispo diocesano de Santiago del Estero, Francisco Polti. |
Reunidos
como comisión de la organización campesina del Mocase, para la redacción de
este documento que haremos público, recordábamos agradecidos su compromiso del
año 2011 en que Ud., como obispo diocesano, junto a los obispos Torrado y
Uriona, después de escucharnos largo rato, comprometió su mediación ante el
gobierno provincial y su acompañamiento a la búsqueda de soluciones a nuestros
conflictos, mediante el diálogo.
Como
movimiento creímos que parte de este compromiso asumido por ud., llega a
nosotros mediante el acompañamiento del padre Roberto y de otros sacerdotes y
religiosas que, comprometidos con nuestra realidad, aportan su presencia
sacerdotal en las Mesas Departamentales de Tierra y en las acciones que nuestra
organización lleva a cabo. Ante esto nos preguntamos y le preguntamos ¿porqué
ha decidido romper su compromiso, sin antes consultarnos acerca de nuestra
conformidad o no en el acompañamiento pastoral del padre Roberto a nuestra
organización, que se concreta en su presencia en la Mesa de Tierra del departamento
Jiménez? Como personas de fe, juzgamos importante que los pastores escuchen y
consulten más a sus comunidades, antes de tomar decisisiones arbitrarias en
desmedro del pueblo campesino indígena. También juzgamos que si se comprometió
con nosotros mediante el acompañamiento de los párrocos del interior
provincial, también debería habernos consultado antes de tomar decisiones como
la de revocar el contrato del padre Roberto; decisión que va en desmedro de
nuestra organización, ya que atenta contra nuestro bienestar humano y
espiritual; contradiciendo así lo asumido por Ud., en la reunión que tuvo con
nosotros en agosto de 2011.
Somos
comunidades campesino-indígenas organizadas y no organizadas, que luchamos para
hacer valer nuestros derechos, por eso lo hacemos con “dignidad”, para que
nuestros derechos sean reconocidos pudiendo, por ejemplo, acceder a un sistema
de salud igualitario al que Ud. recibe; a una mejor calidad educativa y
universitaria, y a que nuestra identidad cultural sea reconocida y respetada.
En este caminar, es muy importante que podamos contar con pastores que
comprendan y se comprometan con nuestra realidad; ya que “no somos ni un grupo
revolucionario, ni zurdos violentos” como “algunos” nos catalogan, hasta
tratarnos de una raza extraña dentro de la humanidad. Solo exigimos nuestros
derechos que merecemos como cristianos.
Repudio
En
el padre Roberto descubrimos a un sacerdote sencillo, dialogante y comprometido
con la realidad que Jesús vino a traernos, haciéndose uno más de nosotros como
Jesús lo hizo, y contagiándonos el amor y el servicio a los más pobres que él
descubrió en Jesús. Es por esto que creemos tener derecho para:
1.
Repudiar sin término medio su decisión eclesial de no renovación del contrato
al padre Roberto, como la Diócesis de Santiago del Estero lo viene haciendo
desde hace 14 años.
2.
Solidarizarnos con el padre Roberto pues, como ya lo hemos expresado, nos
consta acerca de su entrega por los más pobres y afligidos del campesinado
indígena, donde él trabaja y alimenta no sólo su espíritu, sino también
nuestros ideales, sueños y esperanzas.
3.
Seguir creyendo en una Iglesia santiagueña, liberadora, misionera, pobre y
solidaria, que se nutre de la Palabra de Dios y de los sacramentos, para estar
al servicio de los que tienen la vida y la fe amenazadas.
4.
No querer una Iglesia autoritaria, sino basada en la búsqueda del diálogo, como
camino para la solución a todos nuestros problemas. Esto muchas veces se
pregona desde la Iglesia, pero no siempre se lo vive.
5.
Exigir la continuidad del padre Roberto Murall en su servicio pastoral en la
parroquia “Nuestra Señora de la Merced” del departamento Jiménez, así como su
acompañamiento dialogante y esperanzador a la Mesa Parroquial y Departamental
de Tierras de esa región.
6.
Animar a las comunidades eclesiales a ser partícipes de las decisiones
pastorales que diocesanamente y parroquialmente puedan tomarse en beneficio de
las comunidades campesino-indígenas, para no atentar a su desorganización, en
lo que a lo espiritual y a lo social se refiere, desde el proyecto de comunión
de Jesús, por un Reino de Amor y de Justicia.
Esperando
pueda Ud. hacer un examen de conciencia, iluminado por el Espíritu Divino, para
así tomar la decisión beneficiosa para nuestras comunidades, con la renovación
del contrato al padre Roberto Murall; con el respeto que todos los hijos e
hijas de Dios nos merecemos, lo saludamos fraternalmente en Cristo y María.
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