Tapa del diario El
Liberal.
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Tapa de Nuevo Diario.
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Faltaban
cien horas para las elecciones cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación
suspendió la elección de gobernador y vice en Santiago del Estero, cerrándole
el camino a Gerardo Zamora que venía cabalgando tranquilamente en la búsqueda
de su tercer mandato o “re re”.
Duramente
golpeado, dijo que respetaría el fallo y, de inmediato, se encargó de poner en
marcha, con más fuerza que nunca, una contundente respuesta política a los
cuatro ministros del máximo tribunal judicial de la Nación que, cuando se
jugaba tiempo de descuento, interrumpieron la ingeniería política de Zamora.
Acudió
a su hegemónico aparato que supo construir en ocho años de gestión
gubernamental y, animado por la premisa de que en las elecciones “se expresa y
habla el pueblo”, logró una victoria aplastante con alrededor del 76,44 por
ciento de los votos.
Repartió
respuestas para todos lados, políticamente, como líder de un gran segmento y de
un impresionante aparato donde son copartícipe radicales y justicialistas,
dentro del Frente Cívico por Santiago.
Con
los resultados en la mano, exhibió la clara supremacía de su poder político, y
lo publicitó, sobre todo, para quitar tranquilidad a la Corte Suprema de
Justicia.
Es
que Zamora no está apurando a la Corta para que cambie su opinión y lo
rehabilita a un tercer mandato, sino que está buscando "meterle prisa" y que resuelva
el fondo de la cuestión, a fin de que pueda convocarse a las elecciones a
gobernador y vice en los próximos días.
Esto
es lógico, una demora que supere el 10 de diciembre pondría una espada de
Damocles sobre la institucionalidad de la provincia, y los riesgos serían
enormes sobre otro desmadre que destruya los ocho años de democracia en la
provincia.
El
otro envío que quiso expresar está dirigido hacia el kirchnerismo o
cristianismo, sabedor de que el abrumador triunfo lo convalida como el primer
árbitro a la hora de elegir a su sucesor y al vice, desalentando a algunos
intrépidos que podrían estar pergeñando designar candidatos “a dedo”.
Y,
como se sabe, Zamora consiguió lo que parecía imposible: obtener las tres
bancas de senadores nacionales, dos por el Frente Cívico y uno por la colectora
del Frente Popular. Fue el “ingeniero” de esta estrategia y el jefe de campaña
de las dos listas. (Tampoco hay que soslayar el triunfo en la categoría de
diputados nacionales, donde los tres electos van a integrar el bloque de siete
legisladores que responden incondicionalmente al oficialismo nacional).
Entonces, tiene
sobradas razones para seguir siendo “el referente” único del kirchnerismo en la
provincia. Todo porque el Gobierno nacional perdió una banca en el Senado (la
de Daniel Filmus, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), pero Zamora la
recuperó, justamente, a través de la colectora y con la figura del gremialista
Gerardo Montenegro.
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