Primer chasco: las dos cajas fuertes que sacaron de la casa del ex intendente Julio Alegre estaban vacías. Y ¿los datos de los pesquisas (dichos de refilón a amigos periodistas) sobre fajos de dinero? ¿A dónde están?
Vamos para atrás. Los allanamientos a fincas y casas del sospechado son nulos, porque el juez, a sabiendas, los ordenó cuando Alegre todavía gozaba de fueros e inmunidades. ¿No se informó el magistrado? ¿No leyó las normas vigentes? ¿Se olvidó de que no hay que violar la división republicana de poderes?
Otra del juez. ¿No se enteró que los allanamientos hay que iniciarlos a las 6 de la mañana y terminarlos a las 18? Debe saber que son nulos estos procedimientos si se realizan entre gallos y medianoche.
Más nulidades. Son inválidos los dictámenes del Tribunal de Cuentas municipal porque no tenía acuerdo legislativo. Además, debe recordarse que el control de legalidad y constitucionalidad de los actos públicos de la administración municipal debe ser anterior y no posterior al ejercicio.
¿Por qué tantos procedimientos policíaco-judiciales inútiles y mal hechos?
Debe ser, nomás, que lo que interesó fue el impacto mediático. Golpearlo con todo y sacarlo de la cancha.
Los que manejan información, y de las buenas, indican que todos sabían, en los poderes Ejecutivo y Judicial, que Alegre preparaba para miércoles o jueves un plenario con dirigentes de la Capital donde iba a lanzar su reelección. Había que voltearlo con urgencia; sin observar las normas y los códigos procedimentales.
Se lo sacó de la cancha, y ahora, el zamorismo supone que tiene tiempo (un año) para posicionar a la única candidata que, en el distrito capitalino, podría representar dignamente al Frente Cívico: la abogada Matilde O’Mill, actualmente a cargo de la Secretaría de Gobierno del Poder Ejecutivo provincial.
Y se decidió “sepultar” políticamente a Alegre, porque si lanzaba su reelección ya no se lo iba a poder detener. Máxime cuando el Frente Cívico advirtió que los posibles adversarios internos del ex intendente no conseguían medir en las encuestas ni 2 puntos. Ellos eran: Elías “Sugus” Suárez, José Emilio “Pichón” Neder, Abel Tévez y hasta “Lalo” Zani.
Una última cosa que no se dice, no se informa y, consecuentemente, se esconde. Correspondía que los nuevos funcionarios de la comuna capitalina le hayan contado a la ciudadanía que Julio Alegre dejó más de 30 millones de pesos de reserva, producto de cuenta corriente, plazo fijo fondos de las retenciones a la soja.
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