Un discurso largo de Zamora (3 horas y 45 minutos) cansó e hizo dormir a algunos invitados. |
Discurso de cámara. Cuando las tendencias modernas imponen los discursos cortos, ello atento a que el foco de atención del público asistente a estos eventos se encuentra cada vez más vulnerable, la apertura a las sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados resultó ser una pálida sin solución. El tedio, la incomodidad, y el aburrimiento se hicieron presentes en el recinto legislativo cuando el gobernador leía las obras realizadas en su gestión. Le informamos que el cúmulo de realizaciones sobre todas las que manda a realizar la Nación, debieran integrar el discurso por separata publicada y el disertante limitarse al discurso político. Obvio. ¿Quién será el que lo asesora?
Centro Cultural Bicentenario. Sin dudas se trata de una de las obras emblemáticas que signará el período Zamora. Pero, como tenía que ser, es conocido el mal humor de su directora, (Sara Liendo) cada vez que tiene que compartir la tarima con los “gordos de cultura”. Resulta que la funcionaria detesta que se la vincule con la dupla Legname- Leguizamón, (del entorno privado de “Sugus” Suarez) a quienes considera vagos y poco preparados para la gestión encomendada. Según trascendió, la jefa del bicentenario ya habría pedido la cabeza de los encargados de la Cultura provincial.
Otro que bien baila. El subsecretario de Deportes de la provincia, “Lalo” Zani -perteneciente a las bases de Neder- no para de recaudar por todos los medios a su alcance y a los de su flia. Como ya se publicara en estas páginas cuando se fue a vacacionar a Europa, con la mentira de una invitación que finalmente resultó apócrifa, esta vez nos llegó un material que da cuenta de cómo su mujer resulta ser proveedora de su dependencia, es decir del Estado provincial. Como se trata de infraganti delito, la nota será publicada in extenso.
Modelos de “Tucito”. Así le sabíamos decir a los mamarrachos que llegaban a las fiestas totalmente disfrazados, con atuendos fuera de órbita. Así los bautizaron a los ministros del Poder Ejecutivo, legisladores y al propio mandamás, quienes suelen aparecer en público como si fuese que concurren a bailes de disfraces. Es conocido el escaso nivel intelectual que los caracteriza, pero a esta altura de la gestión y a lo que dicen que supieron “ahorrar” al cabo de seis largos años ininterrumpidos de sueldos suculentos, bien podrían contratar a alguien que les enseñe a vestirse como la gente. No es por nada, solo para que no se les ría la gilada.
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