“Pichón” Neder y Ada de Cappellini, autores de una injusticia contra policías de Ojo de Agua. |
Su marido Rodolfo Lino Cappellini es el intendente del pueblo (la Villa Ojo de Agua), pero ella se cree la dueña del feudo.
Hace unos días, por ejemplo, la policía de la ciudad tuvo que investigar el caso de un aborto de una menor de edad, y de las actuaciones apareció involucrada una médica del hospital, que es allegada de la senadora. Cuando se enteró de la causa policial-criminal, Ada puso el grito en el cielo y retó al comisario, al subcomisario y a toda la tropa, en razón de que “no me informan nada de lo que hacen en mi ausencia”. Debe saber la senadora que la policía actúa con directivas de un juez del Crimen y, consecuentemente, si necesita explicaciones debería recurrir al magistrado en turno en cada caso.
Fue a la Casa de Gobierno, en la Capital y “empuó” a medio mundo. La púa fue tan profunda que su amigo y socio político “Pichón” Neder (ministro de Gobierno y al que Ada le llama “líder y conductor”) y su amanuense, el jefe de policía, Marcelo Pato, terminaron por trasladar a todo el personal de la comisaría de Ojo de Agua “porque no me hacen caso y no me tienen informado”, reiteró la senadora castigadora.
Bittar, la reparación
Menos mal que en todo pueblo hay personas que se hacen cargo de los problemas de su comunidad y ponen el pecho ante las injusticias. Fue el caso de Antonio “Lelo” Bittar (uno de esos “asesores” que Gerardo Zamora “esconde” en todos los rincones de la provincia), quien se encargó de reparar el daño que la senadora había perpetrado contra los policías.
En efecto, en menos de 24 horas, Bittar logró que los uniformados sean restituidos en sus cargos de la comisaría de Ojo de Agua.
Dicen que Ada está muy embroncada con “Pichón” y con Pato, sin advertir que el que dio la orden de reparar la injusticia -por gestión de Bittar-, fue el mismísimo gobernador Zamora.
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