Pronósticos de Moody’s Investor Service, sobre la crisis por endeudamiento destinado al consumo. |
La mencionada entidad sostiene que la capacidad crediticia de activos monetarios se halla muy cerca de ser fuertemente alterada como consecuencia de las medidas monetarias y fiscales llevadas adelante. Medidas que, como se sabe, son generadoras de inflación.
El informe de MIS hace alusión a un sistema financiero argentino que se aprecia vulnerable ante políticas implementadas por un Estado intervencionista y que manipula la macroeconomía de manera arbitraria y desarmónica.
El escenario actual induce a esperar que la política de control de la economía se profundice con el nuevo mandato del kirchnerismo, absorbiendo el excedente de liquidez para financiar el excesivo gasto público.
Las mejoras en los índices de solvencia y rentabilidad que se visualizan en los balances de los bancos, son producto en realidad de los ingresos generados por servicios al cliente en la denominada “banca transaccional”.
Tanto los créditos como los depósitos, se siguen manteniendo unos 10 o 12 puntos porcentuales por el debajo de lo que se registraba hacia fines de 2001, esto es, un 15% abajo del PBI.
Sin embargo como era previsible, desde el Banco Central, no se hicieron esperar las voces que advirtieran sobre las “falaces evaluaciones de MIS”.
La entidad conducida por Mercedes Marcó del Pont, sigue sosteniendo el discurso de que el sistema bancario argentino nunca presentó “tan elevados indicadores de liquidez y solvencia” como lo hace actualmente.
Asimismo, desde el Central se negó que los créditos tuvieran una alta participación en el consumo, sino que los mismos se otorgan en más del 90% para el financiamiento de industrias productivas.
Según informaron fuentes oficiales, “El sistema financiero (nacional) sostiene el patrón de expansión de asistencia crediticia a la economía real, con una mayor orientación hacia el sector productivo, en un marco de acotado riesgo de contraparte así como de elevados indicadores de liquidez y solvencia”.
Como se ve, ni uno ni otro dicen toda la verdad. El gobierno nacional miente, pero los organismos y entidades que responden a la oposición local o foránea, también sustentan sus dichos en intereses particulares.
La única forma de advertir donde están las trampas, es analizando de la manera más objetivamente posible la realidad y los metalenguajes subyacentes por los que los datos llegan constantemente. No existe otra forma más eficiente de decodificar los mensajes para sacar las propias conclusiones.
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