Sospechas en el expediente

Por revista Noticias, de Buenos Aires.

Interesante investigación de Noticias sobre antecedentes delictivos de la familia de la víctima.

Supieron que era ella gracias a un anillo de fantasía. El cuerpo de Candela Rodríguez apareció el miércoles 31 a solo 3 kilómetros de su casa de Hurlingham. Después de diez días de búsqueda intensa, allanamientos y rastrillajes, fue una cartonera quien la encontró desnuda dentro de una bolsa de residuos en un basural de Villa Tesei. La madre la reconoció en medio de una maraña de medios y ante la mirada atenta del gobernador Daniel Scioli, el ministro de Seguridad Ricardo Casal y la cúpula de la Policía Bonaerense. Vio las uñas de esa mano infantil pintadas y supo que era ella. “Me mataron a mi hija, por Dios”, gritó y se dejó sostener por los demás parientes.
Lloró consternada y pidió que la sacaran rápido del lugar. Eran sus últimos minutos como víctima.
Tras el macabro hallazgo, Nancy Carola Labrador (38) pasó de madre abnegada a ser pieza fundamental de una investigación en la que se sospecha que la familia podría haber ocultado datos claves. La hipótesis de una venganza contra el papá de Candela -preso en el penal de Magdalena por robo de mercadería de camiones- cobró fuerza mediática con la difusión inmediata de un llamado amenazante que reclamaba un “vuelto” y anticipaba que a la nena “no la iban a ver más”.