La estudiante con su pie derecho severamente lesionado cuando la atropelló el auto oficial en que viajaba Matilde O’Mill. |
La joven estudiante que se manifestaba el viernes en la Ucse y fuera embestida por el automóvil de la O’Mill, es traslada para su curación. |
El viernes concurrió a la “fiesta de gala” que organizó el zamorismo en la asunción del nuevo rector de la Universidad Católica de Santiago del Estero (Ucse), ingeniero Luis Eugenio Lucena. Matilde ofició de “embajadora” de Zamora, aunque de entrada se mostró molesta por los estudiantes que no van a poder cursar sus carreras por falta de recursos. Estaba indignada por los chicos que quieren ser escuchados y hacerles entender a los “nuevos ricos” (como “Mati” ), que sus padres no pueden pagar una cuota mensual de 625 pesos.
Como a los “radicales” de hoy (bah, “radicales kirchneistas”), a la O’Mill les disgustan las movilizaciones, marchas o protestas de los pobres y desposeídos, a los que no les mira la cara nunca cuando van con sus aflicciones enfrente de la Casa de Gobierno, sencillamente porque ella no atiende a nadie. O está encerrada en su despacho o se desplaza a la oficina de Zamora; lejos de la “chusma” y de los “descamisados”.
Delincuente
La “preferida” de Zamora bajó el “tapasol” del auto para no ser reconocida, y ordenó al chofer que “raje”, después de atropellar a una estudiante de la Ucse. |
Los compañeros llamaron una ambulancia, donde se comprobó que presentaba severas lesiones en un pie, que fue apretado por el automotor.
Viajar en un automóvil, embestir a una persona, abandonarla herida y huir, es una conducta tipificada como delito. “Mati” se ganó esa definición; por más secretaria General de la Gobernación que fuese.
Debería haber retenido cuando estudio abogacía, esa parte que dice: “Chocar con el auto, intencionadamente, a una persona, es un delito que se agrava cuando el sujeto autor del hecho huye y abandona al accidentado”. O el párrafo que reza: “Las penas que recibe una persona que comete un delito doloso o intencional son más severas que aquellas que corresponden a quien comete un delito culposo por descuido o imprudencia”.
La “prensa oficial”, ¿por qué será que no se entera de los delitos que cometen los funcionarios zamoristas.
¡Oh, lo que hubiera pasado a un santiagueño común que se haya comportado como un delincuente! Estaría en las tapas y en los noticieros “escrachado” con familia y todo.
1 comentario:
cuanta impunidad!!!
Publicar un comentario