Por Roberto Azaretto.
El Noroeste Argentino, que puso los pilares fundaciones de nuestro país y que tuvo como su base a esta ciudad de Santiago del Estero, que aportó talento y sangre en las guerras de la independencia, en las luchas por la organización nacional y pensadores y presidentes notables no logra, salvo períodos excepcionales, sacar de encima las estructuras feudales que la agobian e impiden el desarrollo con equidad social.Sabemos que en Santiago del Estero directamente el gobernador se burla de los ciudadanos cuando pone a dedo los peores legisladores nacionales de la historia provincial, ejerce una brutal censura en los medios de comunicación, y tiene un Poder Judicial sometido. La corrupción no soporta una “auditoria visual”. Funcionarios que llegaron pobres a sus cargos hoy viven como millonarios. Además, hoy, en Santiago, reina la arbitrariedad.
Tal vez el caso emblemático sea Julio Alegre, que está preso sin proceso, sin que declaren sus funcionarios o los concejales de entonces, empezando por el intendente Hugo Infante, quien también cambió su tren de vida.
¿Qué espera el juez que parece émulo de Oyharbide para indagar a los presuntos sobornadores del ex intendente? Porque si hubo enriquecimiento ilícito del ex intendente es que hubo sobornadores.
Desde hace años existe inseguridad jurídica con el tema de las propiedades.
Hoy, la provincia está desprestigiada y no se concretan inversiones porque no hay instituciones confiables.
“¿Qué pasa en Santiago, que compré un campo y me aparecieron cuatro supuestos dueños?”. Es una pregunta constante que recibe el que esto escribe cuando sale de la provincia.
El retorno del sadismo
El mismo día que asumió la gobernación de Catamarca, la doctora Corpacci Saadi, que participó del Frente Cívico de su provincia, se sacó la careta y dijo que el caso de María Soledad era un invento de los medios. Ahora, con las protestas de los ambientalistas, más allá de la cuestión de fondo sobre la minería que requiere un debate serio entre gente que sabe, reiteró que las protestas son provocadas por los medios de Buenos Aires.
La represión feroz de los manifestantes ha estado a cargo no sólo de la policía provincial, que debe tener en monopolio de la fuerza, sino de bandas de matones sin identificación. Se presume que fueron de agencias privadas, que se nutren, en gran parte, de cuanto delincuente es cesanteado de las fuerzas de seguridad por su conducta y de ex torturadores de los setenta; la famosa mano de obra “desocupada”.
Tucumán y Marita Verón
La madre de Marita Verón, la señora Trimarco ha desnudado, merced a su coraje y tenacidad, la trama de vinculaciones mafiosas que imperan en el Norte Argentino entre jueces, políticos, policías y delincuentes vinculados al narcotráfico y la trata de personas.
Tucumán es una provincia en apariencia distinta. Hay sociedad civil, diarios que no dependen de la publicidad oficial, una burguesía sólida agroindustrial que, a diferencia de Santiago del Estero, Catamarca o la Rioja, no necesitan del favor del caudillo de turno. Además, ostenta una tradición universitaria ya centenaria con niveles académicos comparables a los de Buenos Aires.
Sin embargo, han soportado los peores gobernadores del país. En los últimos setenta años el único gobernador serio que han tenido, ha sido Celestino Gelsi, entre los electos popularmente
Hace décadas que se habla de las mafias y los hermanos Ale, pero parece que nadie se les anima, lo que muestra enormes complicidades de sus gobernantes, desde Bussi, Ortega, Miranda llegando a la nueva dinastía Alperovich, que ahora para no forzar otra reelección ilegítima dejará como herencia patrimonial la provincia a su esposa. Justamente, la senadora que reconoció ignorar las funciones de un presidente provisional del Senado, y que tiene posibilidades de convertirse de hecho en la vicepresidente de la Nación si hay una reacción y se pide la renuncia al señor Boudu, cuya corrupción y frivolidad debe avergonzarnos como ciudadanos argentinos.
Si el Noroeste no logra fortalecer una democracia con instituciones sólidas no saldrá de la pobreza, aunque los gobiernos nacionales destinen enormes recursos a la región. La falta de libertad e instituciones, la mala calidad de las dirigencias, mezclas de ladrones e ineptos, provocan que los fondos nunca lleguen a los que lo necesitan, salvo las migajas.
Las oligarquías gobernantes “se la llevan toda”.
1 comentario:
Muy bueno Roberto, tanto que hasta escrachalos. com te agradece.
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