viernes, 25 de mayo de 2012
Obra de la plaza de San Pedro de Guasayán: robo y joda
La “obrita” era apetecible para el gobernador y sus ministros porque tenía un presupuesto de $1.204.000 y el que la “ganaba” (siempre un amigo y/socio de los funcionarios), podría llegar a gastar apenas $150.000. El resto, como siempre ocurre, era para repartir entre el “constructor” y “alguien” de la Casa de Gobierno.
El poderoso cartel publicitando la obra, en San Pedro de Guasayán, decía “8 meses de plazo para la ejecución de los trabajos”. Como se vencieron los términos, agregaron el 1 al 8 y, con simpleza, se adjudicaron un plazo de obra de 18 meses.
Ya se vencieron hasta los 18 meses y el tal JJ Construcciones SRL construyó apenas un veredón impresentable (por sus pequeñas dimensiones) y un proscenio y, justamente, sumando estos dos trabajos, pudo haber gastado $150.000.
La "empresa" tiene a los obreros (llevados o traídos de Añatuya o de la ciudad Capital) en negro y los hace “alojar” en las instalaciones de los baños termales de San Pedro de Guasayán. Nunca les brindó comodidad de hotel o pensión. Viven como los explotados y esclavizados.
Un pueblo fantasma
San Pedro de Guasayán, como tantos otros lugares de Santiago del Estero, está abandonado, sin servicios indispensables, con mucha desocupación y, consecuentemente, con un alto grado de pobreza e indigencia. Hoy, es un pueblo fantasma.
Su ex intendente, Alberto Guido “Poroto” Sotelo, lo llevó al abandono y se robó todos los fondos en irregularidades probadas por el mismísimo Tribunal de Cuentas que lo denunció penalmente y exigió su desafuero como jefe comunal. Sus causas duermen en los juzgados de la ciudad de Frías, por el sencillo motivo de que “Poroto” es un soldado y le responde a pie juntillas a su “líder” Humberto “Cuchi” Salim, intendente de Frías.
Cuando Zamora lo desaforaba y lo mandaba preso, pudieron más los hermanos Salim (Humberto y Fernando) y el ministro “Pichón” Neder, quienes lograron salvarlo y, además, imponerlo como candidato a concejal.
De ese modo, en las últimas elecciones municipales, Zamora logró que su ex correligionario, el médico de policía Luis Brunetti, llegará a intendente aunque tuvo que llevarse como concejal a “Poroto” Sotelo. Ahora, Brunetti, que cuenta con 71 años de edad, padece una dolencia en una de sus piernas que le impide caminar normalmente y lo ha obligado a pedir licencia. De inmediato, pasó a reemplazarlo el presidente del Concejo Deliberante, “Beto” Aguirre (ex ferroviario y cesanteado por hurto y ahora es dueño de una agencia de tómbola), al que lo maneja Sotelo.
O sea, hoy, pese a su frondoso prontuario, “Poroto” es intendente de facto de San Pedro de Guasayán. Ha vuelto a sus andanzas y Zamora y “Pichón” Neder miran para otro lado.
Olvidaron que se gastó todo el dinero que le envió la Nación para construir el Colegio Secundario, cuya obra inconclusa está medio los yuyos.
Olvidaron que el kirchnerismo nacional le entregó $1.500.000 para ejecutar la hostería y que se gastó todos los fondos del Estado federal.
Olvidaron que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le aportó $600.000 para construir el Centro Integrador Comunitario y que también se apoderó ilícitamente de esos dineros.
Por eso lo del título de esta noticia. Mientras San Pedro de Guasayán se ha devaluado hasta la categoría de pueblo fantasma, sus dirigentes, como “Poroto” Sotelo (muy respaldado por “Pichón” Neder), se robaron los fondos de las principales obras comunitarias que había enviado la Nación.
Robo y joda total en el “nuevo Santiago” de Gerardo Zamora.
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1 comentario:
Hasta cuándo seguiremos sosteniendo esta impunidad ? Creo que nuestro gobernador debería abrir los ojos (si los tuvo alguna vez cerrados) y frenar esta corruptela, nadie los votó para que roben...RECUERDENLO
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