Siguen los serios cuestionamientos contra el Mocase, a cuyos integrantes se acusa de robos y tropelías, con la inacción de la policía y la justicia de Santiago del Estero. |
Al tomar conocimiento de ello, Alba, un santiagueño del interior, remitió el siguiente correo electrónico a Arena Política, en contra del Mocase.
"¡Campesinos, las pelotas! ¿Podría llamarse campesinos a los atorrantes del Mocase que están usurpándome terrenos en Quimilí y construyendo en mi propiedad. ¡No jodamos! ¿De qué derechos humanos estamos hablando? ¿Los derechos humanos que amparan a esos delincuentes que viven haciéndose los perseguidos?”.
En una suerte de mensaje a los curas que asesoran al Mocase, Jesús María Alba, indicó: “Acuérdense de sus sagradas escrituras. Esos terrenos son míos y tres hermanos más. Mi fallecido padre se rompió todo para comprarlos”.
Desprestigio
El planteo y enojo de Alba tienen respaldos de distintos sectores santiagueños que coinciden cuando aseguran que “el Mocase atropella, se apodera de tierras, roba y, consecuentemente, está integrada por delincuentes que se disfrazan de perseguidos”.
Otras voces denuncian permanentemente que “la policía y la justicia no actúan porque le tienen miedo a los del Mocase, que pese a sus tropelías salen y comienzan a realizar movilizaciones asegurando que se los persigue y se les vulneran los derechos humanos”.
Muchos inversores de otras provincias abandonaron sus campos por la conflictiva situación a las que los sometía el Mocase, y se fueron diciendo que “en Santiago se pisotean las leyes, la Constitución y los derechos humanos, porque se perjudica a los que vienen a trabajar y se privilegia a los delincuentes, facinerosos y a las mafias”.
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