Pocas veces han ocurrido en la política santiagueña gestos y actitudes de unidad sincera como la que se ha registrado en el justicialismo de la ciudad de Añatuya. Los políticos de esta agrupación han generado un hecho sin precedentes que la prensa tradicional ha soslayado.
Ha sido significativo porque se han reunido en torno a una mesa figuras como Ramón Vargas, Julio Castro, la diputada González de Toranzo, Carlos Díaz, Mamerto Orellana, y otros referentes, y han dicho basta a las disputas internas, a las enemistades y la sinrazón.
Se han mirado a los ojos y han hablado de frente, olvidándose de las viejas etiquetas de “juaristas del doctor” o “juaristas de la señora”. Incluso, llegaron a firmar un acta compromiso para el 2010 que los compromete a “tirar para un solo lado” en las elecciones a intendente y concejales.
Se dieron abrazos y besos y juraron recuperar la intendencia de Añatuya.
Claro que para las legislativas de este 28 de junio, cada sector fue liberado a jugar con el Frente Cívico o el Movimiento Viable-PJ.
Del mismo modo, el día 29 se unirán “a muerte” en la búsqueda del triunfo en las comunales. Otra vez liberados y sin etiquetas. Libres, porque los peronistas añatuyenses se desprenderán de las ataduras y de los compromisos provinciales y saldrán a las calles y a los barrios “a despertar la militancia y la mística de una ciudad eminentemente justicialista”.
Uno de los más entusiastas, sintetizó: “Juntos, con los votos de cada uno de nuestros sectores, no necesitamos ni bolsines ni dádivas ni le tememos al más poderoso aparato electoral”.
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