El juez del “caso Alegre”, como parte de un poder corrupto

La diputada nacional Marta Velarde se pronunció sobre el accionar de la justicia respecto a la causa del ex intendente Julio Alegre.

“Que la corrupción está enquistada en el poder político de Santiago del Estero, no es ninguna novedad descollante, a pesar que ahora muchos hablan de ella escandalizados. La justicia en Santiago no está exenta de este círculo donde la asociación ilícita es el común denominador”, dijo.

Agregó la legisladora: “Esta afirmación tiene sus fundamentos sólidos si revisamos el burdo accionar del juez interviniente, Gustavo Herrera, que aplicando graves irregularidades procesales dio la orden de detención en horario que se lo impide la jurisprudencia vigente, además de hacerlo cuando el acusado gozaba de sus fueros, ya que aún no había renunciado a su cargo. Errores garrafales que seguramente serán planteadas como nulidades ante el tribunal de alzada por los abogados del ex intendente. Si a esto le anexamos el hecho de haber detenido al cadete que cobró un cheque y primer sospechoso, quince días antes de proceder contra el ex intendente, se entiende perfectamente por qué las cajas fuertes estaban vacías.”

La doctora Velarde acotó: “Herrera, como casi todos los jueces de la provincia, está en comisión. Además, pretende ser camarista, cargo para el que está ternado y sobre el cual deberá decidir el gobernador. Por lo tanto, depende del humor político de Zamora. Esta situación indica claramente la connivencia entre uno y otro. Así se explica por qué a más de un año del asesinato del empleado de Rentas de la provincia, que fue testigo de un hecho de corrupción, Herrera no ha hecho absolutamente nada por esclarecerlo”.

Por último, la diputada nacional por Santiago del Estero, indicó: “Ante los hechos mencionados, lamentablemente, todo hace suponer que ‘el escándalo Alegre’ sólo se trata de un castigo que tiene mucho de político y poco de auténtica vocación de justicia, propio del engranaje creado por Zamora y sus socios que continúan gozando de la impunidad garantizada por un poder no menos dudoso de hechos de corrupción, como lo es la administración Kirchner”.