Por Carlos Paillet.
El 25 de Mayo de 1973, asume Cámpora y es saludado por el entonces presidente de Chile, Salvador Allende. |
Existe copiosa bibliografía sobre los destratos a los que fue sometido Héctor J. Cámpora durante la historia del peronismo; incluso, de parte del propio fundador del partido, Juan Perón.“El Tío”, como lo llamaban a Cámpora los jóvenes militantes de la izquierda peronista de la década de 1970, fue el dirigente más leal a Perón, a diferencia de los adulones y oportunistas que se arrimaban al General forjados en el ala política y sindical.
Uno de los mayores desplantes a Cámpora de los que se tiene memoria data de 1973. Proscripto por el general Alejandro Agustín Lanusse para las elecciones de ese año, desde España Perón lo nombró su delegado personal y, además, lo bendijo como candidato a Presidente.El fiel delegado ganó por goleada en las urnas, pero estuvo sólo 50 días en el sillón de Rivadavia. Lo desplazó la ingeniería ideada por el viejo caudillo para posibilitar la fórmula compartida con su esposa, María Estela Martínez, que lo depositó ese año por tercera vez en la Casa Rosada.
La figura de Cámpora reverdece ahora, en un gesto tardío y forzado, por el kirchnerismo en el poder.
Durante su presidencia, Néstor Kirchner casi nunca evocó a Cámpora desde una tribuna pública. De manera esporádica, recreaba la liturgia peronista con una mención al fundador. Tampoco lo había hecho Cristina Fernández. Sólo la rama juvenil que orienta su hijo Máximo Kirchner lleva el nombre del efímero presidente olvidado.
Flojo de símbolos, el kirchnerismo “progresista” se apoya en la figura de Cámpora para distinguirse de sus rivales aglutinados en el Peronismo Federal, por donde desfilan algunas figuras de la vieja guardia peronista.
Con esa motivación política electoral, los K recuerdan los 38 años de las elecciones que llevaron a Cámpora al poder. Nunca antes, desde la llegada de Kirchner a la Presidencia se había escenificado un homenaje al odontólogo surgido en la política en San Andrés de Giles, en la década de 1940.
Aun muerto, “el Tío” Cámpora es usado otra vez por el peronismo, como lo hizo muchas veces en vida Juan Perón.
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