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Cristina de Kirchner. |
Por Carlos Tórtora, en el Informador Público.
Cada uno a su manera, los dos presidenciables que mejor miden en el mundo peronista han elegido el suspenso como metodología. Sobre la verdadera situación de salud de CFK se tejen todo tipo de versiones, pero lo cierto es que la coincidencia entre sus cada vez más frecuentes episodios que la obligan a guardar reposo y su silencio sobre la candidatura presidencial, componen un cuadro muy particular. Hay quienes ven detrás de esto un sutil operativo de manipulación de la opinión pública para victimizar a la Presidente y generar temor al vacío de poder. Finalmente, la aceptación de la candidatura sería vista como un alivio por los sectores que tienen serias prevenciones de que los radicales llevan el país a la ingobernabilidad o que el peronismo entre en un estado de guerra interno, para no hablar de las carencias del PRO como fuerza política nacional. El caso es que el mantenimiento del hermetismo presidencial hará que Mauricio Macri y Fernando “Pino Solanas”, dos presidenciables, deban definir en la primera quincena de mayo si siguen en la carrera nacional o bajan a la Ciudad, sin tener aclarado el enigma de Cristina.
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Carlos Reutemann. |
Oscar Ensink es el presidente de la Asociación Civil de Estudios Populares de Santa Fe, vinculada a la Fundación Conrad Adenauer. Y es, además, sobrino de Alfonso Ensink, un veterano dirigente del peronismo local. Él es el impulsor del operativo clamor por la candidatura presidencial de Carlos Reutemann, que fue validado por el apoyo de su esposa, Verónica Ghio. Ensink no es un dirigente político reconocido pero sí integra el primer círculo reutemista.
El momento elegido fue oportuno. Los reutemistas reaparecieron justo cuando hizo agua la interna adelantada del Peronismo Federal, en medio de una pelea por los procedimientos de la votación entre Alberto Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde.
Un operador político del ex corredor razonaba que éste “jamás definió ninguna de sus candidaturas a más de una semana del vencimiento del plazo legal”. Con este antecedente, la última palabra del santafesino podría escucharse en la segunda quincena de junio. Mientras tanto, el operativo clamor tiene sus efectos. Para empezar, aumenta la incertidumbre de Macri y Francisco De Narváez, dos que serían afectados por la reaparición en escena de Reutemann. Por ejemplo, De Narváez debería ir con pies de plomo en la formalización de un acuerdo con la UCR por la gobernación de Buenos Aires, por las dudas de que Lole finalmente se decida. En cuanto a Macri, mantiene un diálogo con él pero lo más probable es que ignore sus intenciones. Por su parte, a Duhalde, la sombra del ex piloto le pesa cada vez más en su rol de impulsor de un frente opositor, porque es una variable que no puede manejar y que tiene la suficiente fuerza como para alterar cualquier armado.
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