Ruta nacional Taboada-Suncho Corral, en pésimo estado y un camino a la muerte, por su estrechez.
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Está averiada en casi su totalidad. Los vecinos de la zona que la utilizan diariamente dicen que están cansados de remitir notas y pedidos para su reparación.
Hace unos días ocurrió un incidente. El responsable se puso un poco loco porque una persona residente en Fernández, que utiliza la ruta a diario, le fue a preguntar por qué no avanzaban los trabajos de ensanchamiento y repavimentación, y lo corrió de la oficina sin darle ninguna explicación.
El loco y las autoridades nacionales parecen no haber advertido que la ruta está esperando arreglos desde hace añares y, mientras continúa la desidia e irresponsabilidad, los santiagueños que conocen el camino bajan a las banquinas de tierra y superan los accidentes, pero los automovilistas de otras provincias sufren accidentes, muchas veces fatales.
Frente a este panorama, corresponde preguntarse: ¿A dónde va a parar la plata para reparar la ruta?
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