Molinari ejerce presión a empleadas antiguas del juzgado Federal para que se jubilen, “amontonándolas” en oficinas vacías. |
Es el modo con el que busca presionarlas para que se jubilen y él pueda disponer de vacantes y “darles los puestos” a familiares, amigos y ex correligionarios de la Unión Cívica Radical.
Es que en la Justicia Federal no existen las jubilaciones de oficio, y por ello cuando se cumple la edad que marca la ley (60 las mujeres y 65 los varones), se puede continuar con el empleo hasta que por otras razones se decida la pasividad. Hoy en día, a nadie le conviene, económicamente, y por ello las empleadas sesentonas prefieren seguir en actividad.
Respetar la ley
La actitud que adoptan las antiguas empleadas del Juzgado Federal tiene el respaldo de la ley, y el juez Federal debería tiene que respetar esa opción legítima de seguir en funciones.
Molinari, en cambio, las somete al oprobioso encierro en una oficina vacía, sin ninguna actividad.
No es justo este procedimiento y alguien debería denunciar al juez Federal porque en su afán de obligarlas a jubilarse desaprovecha las energías y ganas de trabajar que tienen empleadas con competencia y experiencia.
“Caímos en un vergonzoso congelamiento, con el agravante de que para sumar presión, (Molinari) tiene un contratado que le presta servicios en cuestiones particulares y que cuando nos ve nos trata de ‘viejas gordas e inservibles’”, dijo una de las afectadas a Arena Política.
Esto no es nuevo. Las empleadas antiguas vienen soportando este trato indigno desde hace varios años, por ello se turnan y piden licencias largas para no concurrir a las dependencias del juzgado y soportar tamaña afrenta discriminatoria.
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