Por Roberto Azaretto.
Se trata de uno de los lugares con mayor presencia policial de la provincia, pero los malvivientes se han burlado de la policía. Pero no deberíamos extrañarnos de ello porque es la demostración de la crisis de un modelo tradicional de policía que está superado hace tiempo.
Como en muchas provincias la policía ha sido un instrumento de sometimiento político y su reclutamiento estaba basado en familiares de intendentes y comisionados políticos, aunque desde abril del 2004 hay mejores incorporaciones al exigirse el paso obligatorio por la escuela de policía.
Sin embargo, salta a la vista que este tipo de policía no está capacitada para enfrentar delitos como estos asaltos y menos los complejos.
Hoy se necesita una policía que entienda que es una fuerza civil con uniforme y con estudios terciarios y universitarios. Hay que formar licenciados en Seguridad, hay que limitar los ascensos a los grados superiores a los que tienen estudios universitarios y, mientras tanto, debe contratarse expertos en otros lugares del país y si es preciso del exterior.
Santiago del Estero carece de profesionales de la seguridad. Pero el problema es político. Su solución es un deber del Estado. Tampoco se trata de cargar las tintas sobre las fuerzas policiales. El problema es el gobierno, su falta de cuadros calificados y su indiferencia ante intendentes y dirigentes políticos cómplices del delito.
En Frías, en Las Termas de Río Hondo, en Añatuya y otros puntos, hay una dirigencia que se muestra indiferente ante infamias como el tráfico de drogas, al que están vinculados auto-llamados empresarios de la construcción, y que son simples delincuentes como constructores y sus vinculaciones con el crimen organizado.
Trafico de drogas, tráfico de personas para mano de obras esclava, robo de niños para familias del exterior y Buenos Aires y prostitución, son flagelos de esta sociedad con amplia complicidad e indiferencia de vastos sectores sociales.
Ninguna fuerza policial será eficiente si sus cuadros, aunque cuenten con entrenamiento, tecnologías, armamento, etc., perciben que el poder es, sino cómplice, tolerante con el delito y muchos de sus funcionarios estarían hoy en la cárcel por enriquecimiento ilícito si tuviéramos justicia independiente en esta provincia.
Ninguna fuerza policial será eficiente si de designa un fiscal Federal al que el jurado calificó duramente de ignorante, con errores de ortografía alarmantes y un desconocimiento de las garantías constitucionales; o con jueces federales cómplices del delito como el ex magistrado Angel Toledo.
Si no hay ejemplaridad arriba, no lograremos una policía eficiente y prestigiosa, que además, debe ser bien pagada. Por eso el delito se incrementa día a día y la inseguridad ya no es un problema de las grandes ciudades argentinas, sino que ha llegado por un largo tiempo a esta ciudad, donde hace poco tiempo se podía caminar de noche.
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