Si vota a Zamora, fíjese quiénes serán diputados nacionales

Zamora y sus cuatro candidatos titulares que quiere llevar a la Cámara de Diputados de la Nación.

Muchos se preguntan por qué Gerardo Zamora no dice la verdad y deja de embaucar a la ciudadanía santiagueña presentándose como “candidato a diputado nacional”, en las elecciones del 23 de este mes.
Es poco serio auto-promocionarse al lado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y hacerse llamar “candidato”, cuando en la boleta figura como suplente y todo Santiago sabe que no va a hacer renunciar a toda la lista y dejar la Gobernación para llegar a la Cámara baja.
Ocurre que eligió a cuatro candidatos a los que no conoce nadie y por ello los esconde, y es como que tuviera vergüenza de ellos y no los presenta en ningún acto público.
Zamora pide que lo voten, pero en realidad está pidiendo el apoyo a cuatro impresentables que no tienen contacto con los ciudadanos ni tienden la mano a un necesitado. Cuatro candidatos que no representan a nadie.
Encima, Zamora tiene pavura de hacer público el dato de que a tres los quiere reelegir pese a que transcurrieron cuatro años en las bancas del Congreso y que se hicieron famosos como “los mudos” de la Cámara de Diputados. Claro, no abrieron la boca ni para solicitar que les sirvan un café. Tampoco tuvieron participación en alguna comisión impulsando alguna iniciativa o proyecto a favor de alguna problemática de Santiago del Estero.
Son candidatos a los que esconde porque los conoce y sabe que no cumplen con el requisito constitucional de la idoneidad para ocupar cargos públicos electivos.

¿A quienes “representan”?

Haciendo gala de su reconocida irresponsabilidad, Zamora los puso en la lista porque “no hacen sombra” y, sobre todo, en razón de que sirven para cumplir con compromisos que tiene con socios de la política. Veamos. Uno, José “Toto” Herrera, es “el amigo” de “Pichón” Neder. Otro, Jorge Pérez, es un amigo de “Viruta” Niccolai. Otra, Mirta Pastoriza, tiene el mérito de haber “abandonado” a José Zavalía y convertirse en “zamorista”. Son los tres que lleva para la reelección, que es lo mismo que decir que los vuelve a “becar” por cuatro años.
La cuarta, Aída Ruiz, es candidata porque ha sido “la elegida” por los socios que tiene Zamora en la CGT-Santiago, a los que paga para que se transformen de “dirigentes del movimiento obrero organizado” en “miembros del elenco gubernamental”.
Como si fuera una burla, Zamora puede seguir escondiendo a sus elegidos y decir que él es el candidato. O insistir en su falta de respeto a la ciudadanía cuando le pide que vote a cuatro desconocidos. ¡Qué siga haciendo lo que se le ocurra!
En cambo, el santiagueño, a la hora de depositar el voto, tiene que hacerlo con responsabilidad y sabiendo a quiénes propone en nombre de Santiago del Estero para que lleguen a la Cámara de Diputados de la Nación y se consagren como representantes de “todo el pueblo de la Argentina”.
Si se elige a incapaces y holgazanes, el votante santiagueño seguirá convertido en el hazmerreír de la política nacional por haber escogido a “representantes” mudos.Si se opta por candidatos laboriosos y capaces, habrá un reconocimiento nacional a la ciudadanía santiagueña.