Junto a otras provincias del “Norte abandonado”, Santiago del Estero no brinda cobertura médica a más de la mitad de su población. |
El informe elaborado de manera conjunta por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la CEPAL, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), alerta sobre las desigualdades en el sistema de salud en la Argentina.
El trabajo se realizó en base a números oficiales. El relevamiento surgió a raíz de los resultados del Censo de Población, Hogares y Vivienda de 2010 y del Ministerio de Salud de la Nación.
Chaco y Formosa, son las provincias con el mayor porcentaje de habitantes sin obra social, ya que el 66 por ciento de las personas no cuentan con ningún tipo de cobertura.
Llamativamente, casi media argentina no tiene cobertura. El promedio nacional de población sin cobertura es de 48%, lo que representa a más de 19 millones de personas.
En seis provincias argentinas hay más del 58% sin ningún tipo de cobertura médica. Entre ellas se encuentra el Chaco, que presenta un índice del 66%, es decir que 695.290 habitantes no tienen obra social.
Las otras provincias que están enmarcadas en esta situación son Formosa, con 66% de población sin cobertura; Santiago del Estero, 64%; Corrientes, 62%; Salta, 60% y Misiones con el 58%. Por el contrario, los distritos con menores índices de población sin obra social son la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el 26%, Santa Cruz, 29% y Tierra del Fuego, 30%.
El trabajo realizado por estas organizaciones, da una serie de consejos para que el Estado los implemente. El informe indica que “el rasgo distintivo del sistema de salud argentino es que el sector público ofrece servicios a los que tienen derecho todos los habitantes del país, con independencia de que tengan otro tipo de cobertura proveniente de algún tipo de seguro social o privado. Esto implica que todo ciudadano tiene derecho a recibir una cobertura básica, aunque resulta ser muy diferente dependiendo del lugar de la República donde resida”.
Esa diferencia, explica el estudio, se debe a dos factores: el elevado grado de descentralización que presenta el sector público y la significativa brecha de desarrollo y capacidades entre provincias. “La oferta pública de servicios de salud (universal y gratuita), marcada por un fuerte proceso de descentralización, reproduce los desequilibrios regionales y no logra compensar los problemas distributivos”, concluye el informe, que alerta sobre “la necesidad de rejerarquizar el rol del gobierno nacional en la compensación de las inequidades”, a través de modificaciones presupuestarias y la negociación de acuerdos entre Nación y provincias.
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