miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿Puede cambiar la relación kirchnerismo zamorismo?

Por Kaiser Soze.
El 2012 es toda una incógnita para la relación kirchnerismo zamorismo, sobre todo porque Zamora no es bien visto por el nuevo armado “cristinismo”/“camporismo”.
El inicio del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner movió varias piezas del tablero político a nivel nacional y también en las provincias. Sabiendo que la política es dinámica, y que las posiciones de los actores políticos y sus relaciones entre sí cambian permanentemente, cabe preguntarse acerca de la forma en que estos movimientos impactarán en la relación entre la Casa Rosada y la Casa Blanca santiagueña.
Durante el gobierno de Néstor Kirchner y parte del primer mandato de Cristina, el capital político que le ha permitido a Zamora recibir el espaldarazo económico, político y simbólico del kirchnerismo ha estado basado en tres cuestiones: a) su participación como gobernador extrapartidario en tiempos en que la Concertación era la estrategia para la construcción de un poder hegemónico en alianza con el radicalismo; b) la aseguración de un caudal de votos mayoritariamente kirchneristas en la provincia para elecciones nacionales, y c) el apoyo de los diputados y senadores en el Congreso.

“Kirchnerismo puro”

Hay varios elementos del nuevo escenario político, algunos vinculados al resultado electoral y las estrategias políticas del gobierno nacional, y otras vinculadas a cuestiones extra gubernamentales, que podrían modificar en algún punto los ánimos del romance entre el zamorismo y el kirchnerismo. Veamos cuales son:
1) La “profundización del modelo” K: tras ocho años en el poder, el kirchnerismo se ha convertido en una fuerza política en sí misma que no sólo es cada vez más poderosa, sino que tiene algunas de los elementos que hasta hace pocos años no tenía, a saber: su propia cantera juvenil (La Cámpora), sus propios mitos y símbolos (el pingüino, el Nestornauta), y hasta una versión extendida de la marcha peronista que incluye a Néstor y Cristina en sus estrofas. Ese “modelo” del que tanto se habla es construido a partir de una estructura política y simbólica muy fuerte, que va construyendo sus propios modos, su propia ideología, y lejos de la transversalidad que proponía el kirchnerismo en sus primeros años, se vuelve cada día más intransigente. Uno podría preguntarse qué lugar queda en este armado político para los radicales K. Zamora, el correntino Ricardo Colombi y el misionero Maurice Closs son los únicos tres gobernadores de extracción radical que quedan en el país, todos montados sobre frentes políticos heterogéneos, en un momento en que la heterogeneidad político/ideológica es cada vez menos apetecible en el kirchnerismo.
2) La nueva mayoría kirchnerista en el Congreso: después de obtener en diciembre la mayoría propia en ambas cámaras, los votos de los diputados y senadores zamoristas se cotizarán menos que en los últimos dos años. Entre 2009 y 2011, en que hubo una conformación pareja de ambas cámaras entre los legisladores oficialistas y opositores, el kirchnerismo debía pelear palmo a palmo las sanciones legislativas, y cada voto valía oro. Esto dotaba de gran poder a los gobernadores y mandamases de las provincias a la hora de negociar con la nación. Ahora, ese poder no será tan fuerte.

El “escrache” a Alperovich

3) El conflicto con Tucumán: La cruzada ambientalista en que se ha puesto el gobierno provincial apoyado por el arco multimediático oficialista como cortina de humo para tapar otros conflictos más difíciles puede terminar siendo un tiro por la culata. Zamora lanzó repetidamente duras acusaciones al gobierno tucumano por la contaminación de la Cuenca Salí- Dulce. Si el conflicto se tensa y es necesaria una mediación política nacional, sin dudas el ganador sería el ganador sería el gobernador tucumano José Alperovich, quien hoy está mucho más cerca del kirchnerismo: hasta último momento había sonado como posible ministro de Economía, mientras que su ladero -y vicegobernador en licencia- Juan Manzur se ha consolidad como ministro de Salud, mientras que su esposa Beatríz Rojkes de Alperovich fue designada presidenta provisional del Senado, y tienen una evidente identificación mutua con la presidenta Cristina Fernández. Los Alperovich están hoy en el círculo más cercano de la Presidenta, y endurecer su enfrentamiento con Tucumán no será conveniente para Zamora.
4) El asesinato de Cristian Ferreyra: el crimen del joven integrante del Mocase generó un estado de movilización en varios sectores de la sociedad santiagueña, y el que muchos militantes e integrantes de diferentes agrupaciones kirchneristas locales marcaran las diferencias entre el kirchnerismo y el zamorismo. Días pasados, los integrantes de Carta Abierta -la usina que nuclea a los intelectuales orgánicos del kirchnerismo- aplaudieron al dirigente del Mocase, Adolfo Farías, que puso en evidencia las diferencias entre el modelo K y el modelo Z, que hasta aquí no habían entrado públicamente en discusión.
De ninguna manera estos elementos son señales de una ruptura entre el zamorismo y el kirchnerismo, pero sin dudas son indicios de algunos cambios que podrán dar nuevos matices y mayor fluctuación a la otrora armoniosa relación entre la política local y nacional.

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