domingo, 21 de junio de 2009
La corrupción en la cara de Zamora
Por Juan Del Campo. (Nota II)
Aún no dejan de sorprenderse los integrantes del Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero), que tomaron conocimiento de lo acontecido en la noche entre el 4 y el 5 de junio cuando fueron desalojadas de sus posesiones veintitrés personas lugareñas. Claro, se informaron que los ejecutores de las expulsiones -quienes actuaron con el apoyo de personal policial- son todos funcionarios del gobierno provincial designados en el elenco zamorista por el influyente jefe del Gabinete Elías Suárez.
“No podemos entender cómo es posible que el gobernador Zamora avale este tipo de procedimientos”, manifestó uno de los damnificados, quien agregó que les quemaron todas las pertenencias y destruyeron impunemente las viviendas de todos los compañeros.
Se trata de los ingenieros Osvaldo González (a) “Gallego” y Alfonso Héctor Tricárico, dos foráneos conocidos activistas del Partido Comunista afincados en nuestra provincia desde que vinieron huyendo de la Capital Federal, en las épocas del plomo.
Estos individuos son funcionarios del elenco del gobernador Zamora e integran la delegación de la subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar. Ambos, sin ningún escrúpulo, se presentaron identificándose como referentes del Programa Social Agropecuario, induciendo a pobladores del lugar a firmar un compromiso de trasladarse a otro sector del campo para ocupar una superficie de 75 hectáreas, con la advertencia de que, en caso contrario, serían desalojados y perderían todo, dado que el inmueble tiene un propietario; obviamente, “trucho”.
Consultados sobre las razones por las que no denunciaron el hecho, los campesinos respondieron que se trataba de gente allegada al gobernador Zamora y que por ello las demandas no prosperarían, pero que ya están asesorados y si es necesario emplearán la fuerza para defender sus posesiones.
Hay que recordar que el jefe de Gabinete, Elías Suárez -quien dio un giro ideológico de 180 grados- conformó un pacto secreto con los líderes del Partido Comunista de Santiago del Estero, obviamente, con fines dinerarios, consistente en el manipuleo de tierras públicas que a posterior son vendidas por sumas varias veces millonarias.
A todo ello no resulta ajeno el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Daives, en cuya oficina se realizaron las reuniones para pergeñar el ardid del despojo al campesinado santiagueño.
Este “zurdaje autóctono” apañado por éstos dos altos funcionarios que hicieron una zancadilla a espaldas del propio gobernador Zamora, a quien le vendieron una “víbora electoral” que le mermó cuatro diputados de la lista oficial.
Así es como se conformó en la última elección la lista número del “Frente Compromiso Social” que tiene como candidatos no sólo a los ingenieros denunciados, sino también a los instigadores.
Puede observarse en la boleta de este frente al candidato a diputado provincial, ingeniero Alfonso Tricarico, ubicado en el número 19 de los titulares.
Otro de los involucrados también de manera directa en estas transacciones espurias del violento desalojo, es Patricio Adrián Lipshitz, hijo del actual delegado de la subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, ingeniero Héctor Lipshitz.
¿Y saben quien es el ingeniero Héctor Lipshitz? Nada más y nada menos que el candidato a diputado provincial por el frente del Compromiso Social, colocado en el quinto lugar, quien no ingresó como diputado electo por apenas doscientos votos.
Téngase presente que el ingeniero denunciado, Feliz Osvaldo González (a) “Gallego”, también integra el listado de diputados proclamado como primer suplente.
A esta altura del partido los muchachos del Mocase sospechan que el gobernador Zamora tiene conocimiento de los acontecimientos, porque el territorio en conflicto está conformado por cuatro lotes o campos de un total de 14.997 hectáreas, que cotizan en el mercado, sin que tengan ningún tipo de mejoras, la nada despreciable suma de 3.500.000, dólares.
Buena y linda historia este del Frente Compromiso Social, en cuya lista hay algunos nombres decentes. Y pensar que con la complicidad de los ministros más cuestionados del gabinete se alzaron con cuatro diputacías y otra vez lo hicieron como a chico al gobernador.
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