Elías “Sugus” Suárez y Rodolfo Legname, responsables de “la cultura” santiagueña. |
A poco de publicada la nota en Arena Político, con el titulo de: “A confesión de parte…” una andanada de críticas, opiniones de la más diversa índole y hasta improperios subidos de tono se receptaron en la sección de comentarios que como es lógico, nos abstenemos de publicar.
Dependientes de organismos como museos, coros, bibliotecas, y empleados en general no tardaron en dar a conocer sus puntos de vista en contra de la gestión que vienen realizando, tanto el subsecretario de Cultura, como el director general del área.
La mayoría de las opiniones coincidieron en desconocer los antecedentes de ambos funcionarios en el ámbito cultural, destacando que mal se puede conducir una dependencia del Estado, cuando se desconoce la razón de su creación, como así los contenidos mininos y elementales que se deben poner en práctica para el desarrollo activo del órgano administrativo.
El total abandono que se realiza durante los meses enero-marzo de las prácticas culturales en la capital, como así en todo el ámbito provincial, colocan en grave infracción a los responsables de crear o contribuir a la recreación popular, ello atento a que la comunidad se encuentra sin ocupación plena a causa de las jornada estivales como de las vacaciones con que cuenta en especial el sector educativo.
La ausencia de cursos de capacitación, emprendimientos para el perfeccionamiento intelectual, puesta en escena de obras de cualquier índole, presentaciones artísticas y cualquier motivación que pueda destacarse, habla a las claras de que los organismos culturales se encuentran representados por personal que no resulta idóneo, carecen de antecedentes en la especialidad y como si ello fuera poco no presentan una sola ideal superadora, para que se justifique el cobro de sus haberes.
Si bien ya están circulando mediante la usina de rumores, los posibles nombres de funcionarios que acompañaran al gobernador en su próximo cambio de gabinete, no resulta inoportuno sugerir la designación de gente con antecedentes en el rubro y si es posible que se presenten con una agenda de trabajo que los haga merecedores del cargo en cuestión.
Una vez insistimos que desde estas páginas, no pretendemos obstaculizar gestión alguna, pero si destacar y denunciar cuando “no funciona”, resulta “inepto” su titular o cuando la calidad de “impresentables” dejan mal parados los quilates de la cultura provincial.
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