Las dos alas que rodean a Cristina

Por Luis Pico Estrada, desde Buenos Aires.

La Presidenta y su laberinto.

Las cosas por su nombre: falta mucho y falta poco. En ausencia de noticias reales, brotan versiones, chismes, especulaciones. Los dirigentes en carrera -la Presidenta, Ricardo Alfonsín y después un exhausto pelotón- son presa de la acción psicológica del adversario que venga y de la publicidad oficial. Y aún peor la de sus propios adherentes. Los partidos están más que partidos, desquiciados. No hay espacio donde no haya perturbaciones. La prensa necesitada de material se alimenta de versiones off the record.
Como si fuera poco hay otro elemento dramático: la Presidenta oscila entre su candidatura o dar un paso atrás, si la maraña de su propio partido la sofoca. Por lo demás la señora está al tanto de las severas medidas que deberá emprender a más tardar entre el 2011 y el 2012. El mundo lo sabe y el peso de los mercados será inexorable. ¿Ajustar? No heredó el mando total para eso. ¿Enfrentar al poder sindical? Nunca lo quiso. Hay sindicalistas que ya consultan a sus abogados penalistas.
Y -lo que es peor- ir al hueso de eso que hoy se llama peronismo. O sea un poliedro de intereses donde se perdieron los valores. Como si fuera poco las dos alas que rodean a la señora Presidenta no conocen los principios históricos justicialistas sino sus artimañas: Carlos Zanini -de origen maoísta- y Amado Boudou de origen liberal.
En este nuevo discurso desgarrado, la señora no practica el show escénico al que es adicta y conocedora. Esta vez habla una mujer que por primera vez, palpa en soledad la piel escamosa de un peronismo trivializado, enconado en sí mismo, con falanges de maleantes, hombros probos, conversos, decadentes, aventureros y hasta de herejes de diversas convicciones que dejaron de lado su fe política y hasta sus convicciones para sumarse, al reparto de futuros cargos en una nueva administración K: ejemplos conspicuos abundan en las pandillas de Boudou y Diego Bossio, muy preocupado en consolidar su futuro político, apelando incluso a un centro cultural para los jubilados; sería mejor un centro gastronómico si se piensa en los pasivos.
Boudou es amado pero no amante. De hecho su simpatía lo lleva a ciertas indiscreciones: la Presidenta lo llama pasada la madrugada (1 A.m.) o a las 6.40 de la mañana cuando se refugia en el Sur. Resumen: ella sufre insomnio. Hace pocos días estuvo con la Presidenta unas dos horas. No hablaron de candidaturas: gestión y política nacional. ¡Cuánta soledad!

Basta de juegos dinerarios

Un motivo de insomnio presidencial puede ser la sombra de Hugo Moyano y familia. Su final judicial puede ser el principio del fin. O el fin de principio. Hay una tendencia a embarrar al juez federal Norberto Oyarbide por su vida social. No niegan su virtud profesional ni capacidad investigativa. Otros colegas tienen deudas más pesadas: su ostentación, crecimiento patrimonial. Más temprano que tarde la justicia caerá sobre el grupo Moyano y otros mandarines sindicales.
El ala comandada por el señor Zanini, Rudy Igor Ulloa y el prolijo doctor Long se comprometió con la viuda de suspender los juegos dinerarios practicados bajo el jefe extinto. Lo pasado pisado. No hay gestiones visibles…siguen operaciones subterráneas. Las acciones de Boudou son más pérfidas: denuncia a la señora a empresarios que aportarían a la oposición. En algunos casos concretos son infamias, útiles para jugada non sanctas. Ya trasciende en el mundo empresario este estilo de fechorías. Y ya se difundirán.
La señora Presidente habla muy poco con su jefe de Gabinete y su ministro del Interior. Tal vez para consolarse, el señor Florencio Randazzo publicó una biografía ilustrada de si propio que es para alquilar balcones. Nuestro Lord Brummel de Chivilcoy provoca hilaridad, en particular de Amado Boudou, un agudo crítico de egos ajenos. Vale la pena: www.florenciorandazzo.com.ar
El oficialismo juega a la victoria en primera vuelta. Se equivoca. Es verdad que faltan pocas vueltas en esta partida pero también hay unas cuantas cartas que se juegan bajo la mesa. Será la necesidad política la que baraje las barajas de la oposición y acepte los liderazgos que ya se plantean.