Por Patricio Bernabe, en La Nación de Buenos Aires.
La tapa del libro traducido al quichua de Santiago del Estero. |
Si bien ya existía una versión del Quijote de la Mancha en quechua, publicada en 2005 en Perú, se trataba del quechua cuzqueño, una variante distinta de la que se habla en Santiago del Estero (también conocido como la quichua), según explicó el editor del nuevo libro. La edición fue realizada por la "tienda de curiosidades bibliográficas" Los Injunables, un sitio de Internet creado en 2008 por Javier Merás, un ex agente de viajes apasionado de la literatura que abastece a una cartera de clientes bastante particular: amantes de la microbibliofilia, de la obra de Cervantes y de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.
Con una tirada exigua, de sólo 300 ejemplares, el volumen en quechua se ofrecerá en la librería Clásica y Moderna, en el sitio de ventas online Amazon y a través del portal de Los Injunables en Internet.
Merás parece acostumbrado a las apuestas arriesgadas: ya hizo, por ejemplo, ediciones de El Principito en texto predictivo T9 y en QR, dos aplicaciones complejas para celulares y smartphones, entre otras.
-¿Cómo surgió la idea de traducir Cervantes al quechua?
-El quechua santiagueño es un habla mestiza que a los argentinos de hoy nos cuesta bastante reconocer como propia. No tiene la autoridad de otras lenguas nativas de América. Según la profesora Lelia Albarracín, especialista en el tema, es probable que en Santiago del Estero haya habido colonias de origen ecuatoriano traídas por los incas, y de la mezcla de esas dos variedades de quechua de distinta procedencia nació esta forma de hablar, propia del noroeste argentino. Nuestro quechua no fue considerado en tiempos de la colonia una modalidad indígena y por eso eludió la persecución, cuando a partir de 1770 se prohibió el uso de las lenguas generales de la zona. Este aspecto que la ayudó a sobrevivir en los últimos 200 años hoy se vuelve en su contra, ya que los organismos oficiales no la reconocen como lengua aborigen y la marginan de acciones sociales destinadas a los llamados pueblos originarios. Este no es un libro indigenista, sino que toma la lengua como recurso natural. Así tal vez se entienda mejor la necesidad de instalar una conciencia del valor de las lenguas originarias en nuestro país.
-¿Qué contiene el libro?
-El Don Quijotep Sancho Panzaan nisqasninkuna quichuapi Argentinamanta recopila fragmentos cortos tipo haikus y pensamientos del propio Cervantes sacados del Quijote. La idea es poner a circular una cepa del quechua nacida en la Argentina por lugares de visibilidad insospechada, como el Palacio de la Zarzuela o la Real Academia Española, la red de Institutos Cervantes, los distintos centros de estudios andinos de América, las colecciones y museos cervantinos de todo el mundo.
-¿Quién hizo la traducción?
-Gabriel Torem, de la Universidad de Buenos Aires, hizo una primera versión. Y después Vitu Barraza, que es quechua hablante original, ofreció valiosos matices, rescatando elementos de la tradición oral que le vienen del habla de su infancia.
El V Festival Cervantino de la Argentina comenzó en Azul (designada en 2007 por la Unesco ciudad cervantina), con la inauguración de un mural del ilustrador Miguel Rep que completa el que realizó del otro lado del Atlántico, en Alcalá de Henares, ciudad natal de Cervantes. Durante el festival habrá música, teatro, danza y exposiciones de arte, para culminar el 13 con una gran fiesta comunitaria con la actuación de Vicentico.
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