Los políticos de baja ralea en Santiago están convencidos que para ser candidato a gobernador, primero hay que desempeñarse como intendente de la Capital. No les interesa la militancia leal a una ideología o a un partido, como tampoco una buena gestión en la función pública.
Hoy, esta clase de políticos ya hizo todos los cálculos. El año que viene se eligen intendentes y hay que llegar a la Capital como sea; aunque fuera sin militancia ni lealtad a una ideología. Creen que será fácil y sueñan entonces con suceder a Gerardo Zamora tras pasar por la intendencia capitalina.
Dentro de los soñadores están figuras prominentes del Poder Ejecutivo zamorista: Elías “Sugus” Suárez (jefe de Gabinete) y José Emilio “Pichón” Neder (ministro de Gobierno). Pero ambos tienen un serio escollo que hasta ahora no puede superar: miden muy poco en las encuestas que ellos mismos pagaron y mandaron a realizar en el distrito Capital.
De todos modos, empujaron a uno de sus predilectos funcionarios: el subsecretario de Deportes, “Lalo” Zani quien, a pesar de que directamente no mide nada en los sondeos, se embaló y ha comenzado a realizar reuniones con la idea de ser el “candidato oficial” como intendente de la Capital por el zamorismo.
Una de las últimas reuniones de “Lalo” fue con dirigentes gremiales alineados en la CGT oficialista, a quienes les transmitió su decisión de lanzarse a la arena política.
De este modo, Zani se ha convertido en el primer caso de “suicidio político”, porque no va a poder igualar, por ejemplo, la buena perfomance que el actual intendente, el radical Julio Alegre, consigue en todas las encuestas realizadas en los primeros cuatro meses de este año.
Suárez, Neder y Zani no llegan, cada uno, al 2% de aceptación entre la ciudadanía capitalina. Por ello es que se habla de “suicidio político”.
Suárez, desde el zamorismo puro, y Neder, con su autodenominada “Bases Peronistas”, tendrían que evitar estas “muertes políticas” en Capital y, en lugar de aupar a figuras como “Lalo” Zani, tendrían que terminar con las improvisaciones y ponerse a gestionar en serio para que Gerardo Zamora concluya exitosamente su segundo mandato.
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