De nuestra Corresponsalía.
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Fachada de la municipalidad de Suncho Corral. |
Con el apoyo de la mayoría de los sunchocorralenses, Jorge Azar ganó la intendencia de su pueblo y sepultó a todo el zamorismo, (lo que significa que hizo morder el polvo de la derrota a Gerardo Zamora y a José Emilio Neder), desde su posición coherente e intransigente de no entregarse al mejor postor y mantenerse firme dentro de las filas del Partido Justicialista.
Apenas terminaron los recuentos y en la Casa de Gobierno advirtieron que “Tala” Azar se consagró jefe comunal de Suncho Corral, Zamora ladró frente a sus secuaces: “A ése lo voy a destrozar”.
La amenaza desnuda el grado de improvisación política del gobernador radical, y también pone en escena al escuadrón de inútiles que lo secundan y lo asesoran. Todos salieron a “cazar” al peronista suponiendo que “el nuevo Carlos Juárez” tiene entidad o sustento propio como para comprarse a propios y ajenos.
Fallaron porque se encontraron con un militante de verdad que respeta a Zamora como figura institucional, pero que nunca se va a alinear con los vendidos que se dicen peronistas y en realidad son oportunistas que corren detrás del acomodo, la dádiva y el “dinero por debajo de la mesa” con el que se les paga sus renunciamientos en la Casa de Gobierno.
“Tala” Azar no se entregó.
¿Qué hicieron los “Mazzón” que rodean al gobernador? Le indicaron al intendente perdidoso, Néstor Mario García Hernández, que antes de dejar el cargo designe a sus amigos para empezar a causarle problemas a Azar. Fue así cómo designó a 35 zamoristas sin la previsión presupuestaria.
Claro que Azar, con buen tino, ajustó los fondos de la comuna al presupuesto y, consecuentemente, los 35 vivillos del ex intendente no tienen cabida. Estaban desde siempre fuera del presupuesto.
Zamora los instruyó a recurrir a la justicia, telefoneó a sus camaristas y logró el recurso de amparo ordenando al intendente que los restituya. Sin fondos, imposible cumplimiento de la medida.
Hoy, estos arribistas ocupan la comuna, amenazan de agresión al intendente Azar y, por instrucciones del gobernador, tienen que obligarlo a renunciar.
Contragolpe
Por supuesto que “Tala!” Azar no va a transar con los apretadores de la Casa de Gobierno ni tampoco va a afectar un solo peso de la municipalidad en enjuagues políticos.
Lo que no sabe el zamorismo es que, antes que nada, el jefe comunal peronista de Suncho Corral va a presentar todas y cada una de las denuncias del cúmulo de hechos de corrupción de su antecesor García Hernández, acólito del gobernador. Pero allá, en la Nación y con bombos y platillos para que de una vez por todas se termine confirmando que esta es la administración provincial con las peores y más desprolijas corrupciones en toda la historia de Santiago del Estero.
La ciudadanía va a conocer los fondos coparticipables que recibió García Hernández, sus rendiciones, los dictámenes del Tribunal de Cuentas y de la dirección de Municipalidades.
Para muestra sobra un botón. Por ejemplo, el intendente de Gerardo Zamora va a tener que explicar si con autorización de quién ha pagado una “factura” por 80.000 litros de combustible a la estación de servicio de su mujer, sin previsión presupuestaria y antes de dejar el sillón de intendente.
Un toque sutil de Azar para comenzar sus denuncias, justamente, poniendo al descubierto el ardid de las facturas apócrifas como método para robarse los fondos públicos en esta provincia, que parece ser la fiebre que endemonia a los funcionarios de este gobierno.