Por Guillermo Cherashny, en el Informador Público.
Miguel Del Sel y Mauricio Macri, satisfechos por el caudal electoral obtenido por la alianza PRO-duhaldismo. |
Es que un triunfo por 2 puntos tiene un sabor amargo, más teniendo en cuenta que en el 2007 Binner ganó la gobernación con el 49% y ahora el socialismo retiene el poder con 10 puntos menos y perdiendo el control de las dos cámaras legislativas a manos de la kirchnerista María Eugenia Bielsa.
Entre las primeras conclusiones, se puede decir que la política de reconciliación con el campo vertebrada por el ministro Julian Domínguez fracasó rotundamente en lo que hace a sus efectos electorales. El campo votó masivamente por Del Sel-Salomón y podría inclinarse por Duhalde el 14 de agosto.
Obviamente, los números de Santa Fe catapultarían el próximo 31 a Mauricio Macri a alrededor del 68%, contra poco más del 30% de Daniel Filmus, como pronostica la encuestadora Management & Fit. La diferencia es importante, por ejemplo, con Poliarquía, que le da a Filmus el 39%, justamente el número mínimo que quiere obtener el cristinismo para igualar los guarismos del 2007. Esto significaría una derrota honrosa para el oficialismo, en vez de la paliza que recibió en la primera vuelta.
Sin duda, el castigo para la Casa Rosada fue muy fuerte ayer en el vuelco del voto contra el cristinismo, que es la etapa superior del kirchnerismo. Hoy por hoy, el Frente para la Victoria se está transformando en el Frente para la Derrota. Desde ya que la apuesta de la Casa Rosada se concentra a partir de este momento en el tejido de una red de acuerdos que le permitan sumar para octubre sectores que en Capital y Santa Fe hoy le están votando en contra. Comparando con lo ocurrido en las elecciones en provincias más chicas -por ejemplo Catamarca y Chubut- los viajes proselitistas de Cristina a esas provincias contribuyeron en ese momento a los excelentes resultados conseguidos por el kirchnerismo. Pero la presencia presidencial de Santa Fe no le habría aportado a Agustín Rossi ni un voto, dado que sólo alcanzó al 22,24%.
El default de las encuestas
Una vez más, la actitud venal de los encuestadores fue derrotada por la realidad y se reafirma que el gobierno derrocha dineros públicos para tratar de manipular a la opinión pública. A partir de su derrota en Capital, el oficialismo reaccionó contratando algunas consultoras que hasta pocos días atrás trabajaban en forma independiente y que ahora pasaron a integrar el elenco de encuestadoras truchas. Al punto que van quedando escasas encuestadoras independientes. Los síntomas de descomposición del cristinismo están a la vista, aunque no se puede precisar hasta dónde puede caer y cuáles son su chances de revertir la actual tendencia.
Pero sí ya se puede hablar de que las primarias del 14 de agosto podrían profundizar el rumbo hacia el ballotage. No obstante ello, la secuencia de tres elecciones generales -primarias, primera vuelta y tal vez segunda vuelta- plantea un proceso muy complejo y todavía lleno de incógnitas.
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