Fuerzas conservadoras y del peronismo disidente dieron por superadas sus discusiones internas al señalar que está muy firme la alianza opositora al gobierno argentino que conformaron para las elecciones legislativas de junio próximo.
Las disidencias se habían centrado en las candidaturas por la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, que no están confirmadas aún y se darán a conocer "a último momento", manifestó el dirigente de la coalición conservadora Propuesta Repulicana (PRO), José Torello.
Torello dijo que en una reunión que mantuvo con los peronistas disidentes Francisco de Narváez y Felipe Solá se pusieron "de acuerdo en los ejes del proyecto, más allá de las candidaturas".
"Negociamos un largo rato, con sana intención de acuerdo", manifestó a su vez Solá, quien secundará a De Narváez en la lista de candidatos a diputados por la provincia de Buenos Aires del frente Unión-PRO.
Solá, distanciado del oficialista Frente para la Victoria, fracción que controla el Partido Justicialista (PJ, peronista), admitió la semana pasada que tuvo roces tanto con De Narváez como con Mauricio Macri, jefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y líder de PRO.
El propio Macri prácticamente confirmó que en la capital argentina, cuyo electorado ha sido históricamente esquivo al peronismo, la primera candidata a diputada será su segunda en la ciudad, Gabriela Michetti.
En los comicios del 28 de junio se renovará la mitad de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y un tercio de los 72 del Senado, por lo que el oficialismo pondrá en juego su condición de fuerza mayoritaria en el Parlamento.
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