Desde aquella histórica madrugada que debió vivir el kirchnerismo con el voto "no positivo" del vicepresidente Julio Cobos, el senador nacional santiagueño del radicalismo, Emilio Rached (quien fuera el que posibilitó el empate en la Cámara Alta) comenzó su peregrinaje en el ostracismo a que se condena a quienes no se alinearon con la Concertación Plural que aglutinaba a “radicales” en torno de Cristina y Néstor Kirchner.
Pero, hombre político al fin, Rached no se postró ante el muro de los lamentos que suelen perdonar y tirar las migajas, y salió a recorrer la provincia que la conoce, y mucho, recordando a correligionarios que la unidad UCR - Kirchner había sido una mera coyuntura electoral, pero que evidentemente, no sirve para gobernar.
Y el tiempo parece que le va dando la razón al legislador de Pinto quien día tras día trajina en reuniones, acuerdos, alianzas y otras operaciones que tiene la política pueblerina, sin abandonar su pensamiento radical, el que se ha fortificado en los últimos días luego de la desaparición física de Raúl Alfonsín y que ha puesto en la línea sucesoria nada más y nada menos que a su jefe directo en la poíitica, Julio Cobos.
¿Necesitaba mejor posicionamiento Rached, para el futuro cercano?
Además, dicen quienes lo conocen de cerca, no hay "con qué darle" ya que su desempeño como vicegobernador de Gerardo Zamora no tiene objeciones. Posicionó funcionarios, intendentes, comisionados municipales y asesores, pero por sobre todo fue el nexo natural de las necesidades de muchos pueblos del interior que veían el futuro con desesperanza, aunque poco después debió sufrir el destierro pagando un caro precio como si nunca hubiera integrado la fórmula votada en el 2005.
Lo cierto es que Rached no detiene su trabajo político, y más aún, dentro del mismo gobierno zamorista todavía añoran su presencia algunos funcionarios, por la convicción radical que nunca dejó de lado, respetando a los peronistas y de otros partidos, máxime en esta hora sin identidad que tiene el gobierno del Frente Cívico, que juega a sostener a un alicaído "poder bifronte" y mira de reojo a Cobos por si llegara a ocurrir lo que finalmente pasará.
Pero, dice un radical de raza, antes de llegar a Cobos, las ratas que abandonen el barco kirchnerista tendrán que lidiar primero con Rached, nada más y nada menos.
Es que muchos no se convencen todavía. La política tiene un recorrido invariable que nos lleva del poder al llano sin pasar por estaciones previas y, quizás éste mecanismo, sea lo que la hace tan atractiva y dinámica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario