Por Eduardo José Maidana.
Los colegios que con seriedad asumen su rol están preocupados por la indefensión juvenil. Saben que hay temas que no se casan con la frivolidad. No la soportan. Porque esos temas pueden, en un chasquido de dedos ayudar a edificar una vida hoy tierna, o destruirla del mismo modo. El extravío roba la inocencia a los niños y saquea los valores en la ignorancia de los púberes. Y cuando la permanente incitación es exitosa, se espantan mientras hacen leña de los arbolitos caídos.
La verdad, en asunto siempre delicado como un tul y volátil como una nube, como es el del honor y la honra en relación con la persona completa y como tal sexuada de los cabellos a los pies, no tiene parentesco alguno con la virtualidad que vende al por mayor pornografía, genitalismo explícito y oferta prostibularia en el combo del escándalo cuyo consumo crece en los mayores.
Por eso merece las reverencias de la gratitud y el apoyo debido la Congregación de Frailes Mercedarios, la Asociación San Pedro Nolasco en su respaldo y compañía a las autoridades del Bachillerato Humanista por la serenidad y sabiduría en el manejo de un tema que nunca tuvo -ni de cerca- la terrible dimensión atribuida pero que, igualmente, debía tomarse entre manos como lo hicieron bajo el manto de la caridad que en esta ocasión tomó el nombre de una exquisita discreción. Va, digamos que la misma silenciosa actitud que a los padres les dicta el amoroso instinto de morir amando.
Abuelos y padres desde las familias que nutren sus aulas, les estamos agradecidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario