"Le hizo una oferta que no pudo rechazar. Le apuntó a la cabeza y le dijo que podía elegir entre su firma o su vida al pie del contrato” (Michael Corleone)
Las preguntas son insistentes. El público santiagueño quiere saber qué ha pasado y por qué el intendente Julio Alegre cayó estrepitosa y vergonzosamente.
Vamos a tratar de explicar las razones de esta destitución.
Fue una caída sorpresiva. Sorprende también la aparatosidad y la difusión que se dieron a los operativos del juez y del jefe de policía contra su correligionario con quien el gobernador acababa de realizar una campaña preelectoral, recibir a la Presidenta de la Nación, compartir la caravana de cierre proselitista y festejar el triunfo del domingo 28.
No podemos olvidar que fue el gobernador Gerardo Zamora quien apadrinó a Alegre para que, desde su puesto de concejal, lo sucediera y luego alcanzara la reelección en la Intendencia. Y, en lo partidario, lo ungió en el envidiable puesto de presidente de la Convención Provincial de la UCR; el máximo organismo partidario.
También fue extemporánea esta seguidilla de procedimientos policíaco-judiciales y de directivas políticas.
No es lógico que recién, a casi cinco años de gestión, un juez y un gobernador tomen conocimiento de las anormalidades con las que siempre se manejó Alegre al frente de la municipalidad. ¿Para dónde miraban los fiscales, los jueces, el ministro de Gobierno y el gobernador cuando escuchaban a la calle brindar datos precisos sobre las compras de prendas de vestir, de relojes, de casas, de chalets y de fincas; los viajes y las vacaciones en lugares carísimos que realizó siempre, desde que asumió, el jefe comunal radical?
Por todo ello, ¿vamos a creer, acaso, que con las investigaciones a Alegre se ha iniciado en Santiago del Estero el proceso de Manos Limpias (en italiano, Mani pulite)?
Nada que ver. Aquí, ninguno de los tres poderes públicos está impulsando el régimen de Mani pulite.
Si no, que alguien explique... ¿Por qué no se realizan investigaciones y allanamientos para descubrir qué paso con las irregularidades y los robos cometidos en Infraestructura Escolar (que le costó el cargo a la entonces ministra de Educación, profesora abogada Mirta Guerrero)?
¿Por qué la policía no allana el juzgado del juez Gustavo Herrera que tiene un vídeo donde dos colaboradores aparecen presionando a una testigo para que impute a un inocente de la muerte del empleado de Rentas, Raúl Domínguez y así “salve a un ministro y a los jefes policiales que lo secuestraron, torturaron y asesinaron”?
¿Cuándo vendrán los allanamientos en el Ministerio de Gobierno a fin de esclarecer y descubrir quién organizó y orquestó una licitación para la compra de pistolas destinadas a la policía y con la que se benefició a un amigo acreedor del ministro, adjudicando a una empresa fantasma?
¿Cuándo vamos a ver los allanamientos a domicilios particulares y a despachos a fin de que se esclarezcan los 39 asesinatos a los presos de la Cárcel Pública de Varones?
¿Por qué no van presos los médicos que, cobrando sueldo del Estado, experimentaron una vacuna pagada por un laboratorio extranjero y causaron la muerte de una docena de niños santiagueños?
¿Cuándo irán presos los delincuentes y los policías cómplices que golpearon a la madre del abogado Víctor Daniel Nazar e ingresaron a su estudio llevándose dinero y joyas por un valor superior a los tres millones de pesos, y etcétera, etcétera?.
Hablando de municipios...
¿Por qué no se allanan los domicilios y los despachos del ex intendente de Frías, Humberto Salim (hoy presidente del Concejo Deliberante) y del actual jefe comunal Fernando Salim, pese a tantas denuncias que duermen en los cajones?
¿Para cuándo las investigaciones y los allanamientos a viviendas de Guido Alberto Sotelo, intendente de San Pedro de Guasayán, a pesar del desfalco que cometió contra el municipio y la gran cantidad de cheques sin fondo con la que estafó a decenas de comerciantes y proveedores?
La calle es sabia. Lo que se decía de Alegre y sus suntuosos gastos se repite de casi todos los funcionarios de este gobierno.
El santiagueño común sabe de las compras de casas y departamentos (en Santiago, Córdoba, Buenos Aires y hasta en el exterior) de muchos jerarcas, e identifica a los que prestan nombres y apellido y aparecen como dueños de las construcciones de edificios en la zona céntrica de la capital.
Hoy, cualquier funcionario tiene su casita de fin de semana en las mejores zonas aledañas a la Capital. La gente conoce, por ejemplo, el lugar y el crecimiento de la finquita del jefe de policía.
Entonces, ¿por qué cayó Alegre? Simple, se le vino la venganza política.
Recordemos la primera investigación cuando un municipal (ordenanza) fue preso a la hora en que iba a cobrar un cheque, se detuvo a otros empleados y un jefe sigue prófugo. Esa fue una advertencia, tanto que desde la Casa de Gobierno le dijeron: “Te tenemos prendido…jugá bien y con nosotros…”
Alegre no creyó y siguió sus contactos con el radicalismo de José Zavalía. Después del 28, quedó claro, porque los números cantaron la realidad. El intendente de La Banda, Héctor Eduardo “Chabay” Ruiz salió segundo en todos los grandes circuitos, pero en Capital irrumpió José, y ya nadie dudó de que Alegre le dio una mano.
Otro detalle que confirmó esta alianza secreta. El martes pasado, cuando el juarista Francisco Cavallotti presentó un proyecto de ley para intervenir el municipio de la Capital, José Zavalía no abrió la boca. Se quedó callado…claro, no podía hablar mal de su nuevo socio político. Ese gesto del ex líder de la UCR santiagueña fue el que detonó la orden de Zamora para fulminar a Alegre.
Una curiosidad extrapartidaria. ¿Por qué será que ningún diputado del Frente Cívico ni ningún fiscal ni ningún juez en comisión (la mayoría de los cuales son afiliados radicales y del séquito del zamorismo), se animó a peticionar la intervención a la comuna? ¿No llama la atención esta participación de Cavallotti? ¿Mantendrá Pancho todavía sus acuerdos con el principal operador de Zamora que explican su comportamiento funcional a los juegos políticos del oficialismo?
Espejismos y más espejismos. Venganzas políticas que no sólo no procuran hacer justicia sino que, además, envían mensajes contundentes a todos aquellos dirigentes que en vistas a la estrepitosa caída del Kirchnerismo pretenden "quitar los pies del plato". Si Alegre, al frente de la comuna más poderosa de la provincia cayó por su apostasía (y no por sospechas de corrupción), sabrán aquellos otros dirigentes con menos poder afectados por el virus de la duda política lo que les puede suceder en el futuro. Al ex intendente de la Capital le hicieron una oferta que no pudo resistir: "O firmas tu renuncia, o vas preso". Lo curioso del caso es que en esta instancia, el portador del mensaje mafioso fue un bisoño periodista (Note el lector hasta dónde llegan los tentáculos del poder).
Veremos en los próximos días si el pacto político con tintes de saga mafiosa se cumple. Si la respuesta es sí, otra vez los santiagueños asisitiremos a un penoso escenario montado con dos objetivos: Quitar un enemigo político de la cancha y quitar un poco el tufillo a corrupción oficial que está inundando las calles de la Provincia.
Si la respuesta es no, caerá sobre Alegre todo el peso de la ley. Con un severo problema para quienes lo empujaron a este abismo: Alegre sabe y conoce. Y puede pasar, lo que Al Pacino decía en "El Mercader de Venecia": "Si nos pinchan, ¿no sangramos?, si nos hacen cosquillas, ¿no nos reimos?, si nos envenenan, ¿no nos morimos?, y si nos humillan, ¿no nos vengaremos?".
Espejismos y más espejismos. Aquellos medios de comunicación que demonizaron el "caso Alegre" brindando imágenes exclusivas del interior de sus propiedades, transformándolo en el ícono nefasto de la corrupción en esta provincia (como si fuera en verdad el único sospechado, el único responsable) se han llamado a silencio en causas más graves que afectan, obviamente, a altas esferas del poder político provincial.
Cerramos esta nota con otra frase notable de Al Pacino:
"Es noticia?, sí. ¿Lo vamos a emitir?, claro que no. ¿Por qué?, ¿por que no dice la verdad?, ¡No!. Porque dice la verdad, ¡por eso no lo vamos a emitir".
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