Casi todos los santiagueños comunes creen que la policía y la justicia deberíaniniciar una inspección (con fotografías de por medio) y difundir sus resultados sobre las fincas, casas de fin de semana y chalets que ostentan funcionarios y “nuevos ricos”. ¡Qué bueno -opinaron algunas señoras- que tengamos informes periódicos sobre el ‘Nuevo Santiago’ o el ‘Santiago Opulento’ de estos tiempos!”.
Y, al azar, muchos santiagueños optaron por elegir las grandes casonas que se levantan en torno a la autopista que une Capital con La Banda, porque, según se anticipa, jueces y policías se van a dar con muchas sorpresas. Hay casos de propiedades que en el año 2005 estaban dotadas apenas de una piletita de natación, dos habitaciones (con una sola cama) y un quincho, pero resulta que hoy, en 2009, exhiben hasta canchas de tenis y sus muros se parecen a verdaderas fortalezas.
Sus dichosos propietarios, ¿habrán obtenido algún premio de lotería como el Gordo de Año Nuevo?
Esta pregunta podría ser respondida por jueces y policías, si es que, como se supone, la ley es pareja.
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