La foto más grande que la de la Presidenta: ¡mal te veo! |
Los “dipumudos”. El gobernador titiritero no podía elegir peor a sus candidatos y parece que no hay más. Sería esa la razón por lo que lo mandaron a asegurar la elección poniéndose al frente de la campaña de los impresentables “dipu-mudos”. De otro modo no se explica tanto nerviosismo y tanto gasto publicitario en una elección que en nada lo beneficia.
Contaminación. Nuestros funcionarios -provinciales y nacionales- siguen entretenidos presentando notitas en los juzgados, mientras avanza peligrosamente la ola contaminante sobre el lago de Las Termas de Rio Hondo. El olor fétido es advertido por los turistas a varias leguas de distancia. ¿Qué están esperando, que se contaminen las aguas termales?
Remiseros. Es alarmante la conducción peligrosa en la que incurren los desaprensivos remiseros que a diario son habilitados en nuestra provincia sin que sepan conducir. Al margen de ello, no escatiman en hacen sonar potentes bocinas cuando arriban a destino. Ellos creen que son los únicos apurados, aunque estallen los oídos de los demás. Y nadie dice nada.
Cohetería. Dicen que para las celebraciones de la semana de Santiago se gastó una suma más que millonaria en la adquisición de cohetes. Ante la escasa y poco atractiva programación que pergeñaron los “gordos de Cultura”, el público asistente se volcó de lleno a las instalaciones del Centro Cultural del Bicentenario que ofreció variado menú artístico cultural. Estos se creen que haciendo ruido van a justificar los sueldos mal habidos.
Onda Duhalde. Se reactivó en estas últimas semanas la campaña política en pro del candidato presidencial Eduardo Duhalde. Hilando fino, sus seguidores vaticinan el ingreso seguro del “Cabezón” en la segunda vuelta, donde contarían con el apoyo masivo del anti oficialismo. Entre nosotros se observa a los perucas -para el caso de un triunfo- más interesados en la investigación al ministro de Gobierno y su entorno, que la caída del kirchnerismo.
Curro. Siguen las promocionadas reuniones de la fundación del ministro Atilio Chara, que hace colmar las instalaciones con personal a su cargo. Es tan evidente la “toma de asistencia” que en las fotos que publican siempre aparecen las mismas caripelas. Por favor, cuiden el detalle, porque la verdad, es que queda feo.
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