Sobreprecio escandaloso: el “estadio único” de De Vido y Zamora

De Vido y Zamora, en una de sus periódicas y agradables reuniones que siempre terminan con alguna obra con obscenos sobreprecios.

Horacio Salvatierra se llama el arquitecto porteño y socio del tristemente famoso Guillermo Cóppola, que anda por la Casa de Gobierno de Santiago del Estero como “Pancho por su casa”. Es el autor del proyecto y de la maqueta de lo que será el “estadio único” (un faraónico estadio de fútbol) que Julio De Vido, con plata de la Nación, transferirá a su socio y gobernador Gerardo Zamora.
La “gran cancha” será emplazada en los bajos del río Dulce, entre la costanera y el cauce, donde funciona actualmente el jardín botánico de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (Unse). Tendría una capacidad para 25 mil espectadores.
Lo llamativo es que hace seis meses se conjeturaba un costo de 250 millones, pero ahora, con nuevos “cálculos”, pasaría a costar 400 millones de pesos.
O sea, De Vido y Zamora piensan seguir tirando manteca al techo. Total, el 75 por ciento de los santiagueños parecería que puede siguen viviendo sin conocer lo que es el agua potable.
Al escandaloso sobreprecio (fijado de modo que permita lograr jugosos retornos y coimas), se sumará la puja entre las empresas constructoras amigas del ministro nacional y del gobernador provincial. En esta porfía se anotarán el principal socio (también asesor y consultor) de Zamora, los constructores amigos de De Vido, y hasta un tercer oferente que impulsará Daniel Zamora, concejal hermano del gobernador. Se trata de un tal Pablo Toviggino (el nuevo testaferro del edil que pasó a reemplazar a “El Pibe Noño”), quien anda detrás de una empresa constructora de San Luis, cuyo propietario sería pariente de un alto funcionario de Santiago del Estero. (Es al menos lo que cuenta a sus allegados, éste Toviggino, el nuevo suplantador de DZ).
Denuncia o gestión, son las opciones. Los santiagueños deberían reaccionar frente a tamaño despilfarro, y esperan que algún abogado se encargue de pergeñar una demanda, o que alguno de los legisladores nacionales (tres senadores y siete diputados nacionales), preparan un pedido de informe en el Congreso.