Por la profesora, abogada y ex ministra de Educación, Mirta Guerrero.
En forma urgente hay que rever el sistema que tiende a formar formadores. El mismo exige una reforma urgente y profunda con el fin de lograr diseñar políticas educativas que aggiornen, mejoren y, por sobre todo, adecuen los institutos de profesorado a lo que la actualidad exige como prioritario, elemental, básico y necesario, con el objetivo de lograr un producto que forme, informe, modele, motive y, por supuesto, prepare para la vida en la comunidad a seres pensantes, socialmente comprometidos con la Educación, el conocimiento, los valores y la vida democrática.
La dirección de Nivel Terciario tiene bajo su área el control de muchos establecimientos educativos, pero carece de personal suficiente para realizar la tarea de control y supervisión de todos los institutos de la provincia distribuidos en toda la geografía santiagueña.
Ninguno posee edificio propio y es fundamental que lo tengan, atento a que el alumnado requiere durante todo el día y en horario continuo de bibliotecas, laboratorios, talleres de investigación, prácticas docentes, material de trabajo, etc.
El Instituto Superior Nº 1, donde coexisten 5 profesorados y más de 1.000 alumnos, comparte con la Escuela Centenario (de dos turnos y con dos niveles) sus dependencias y apenas salen a las 18 y 40, se limpia apurado para que comiencen las clases a las 19. Entre el polvo, los baños semi sucios y falta de agua comienzan las clases para que se formen futuros docentes-decentes y con elevado nivel de aprendizaje y autoestima.
Durante el gobierno militar se estableció el sistema de claustro para elegir sus directivos, planear sus actividades y diseñar el Plan Anual Conjunto entre los 5 profesorados. Cuando vino el gobierno democrático en 1983 (¡qué triste contradicción!), en un solo día, se modificó el reglamento, se eligió rector y se destituyó a la rectora (elegida por mayoría del claustro) con decretos de numeración 516,517,518.
Asi comenzó el declive de las instituciones de vida totalmente democrática y participativa, con centro de estudiantes, cursos de perfeccionamiento, etc.
El ingeniero Jorge Soria, ya fallecido, diseñó el edificio del I.S.P.P.NRO. 1 en el terreno que tiene la Centenario sobre Belgrano y Andes. Todo era avance, compromiso y fuerzas en bien de la Educación. No quiero con esto recalcar que todo pasado fue mejor sino que lo pongo de ejemplo para indicar a quien corresponda, que se puede cuando hay voluntad y deseo de hacer bien las cosas.
Se debe formar una comisión ad-honorem y de notables como el profesor Rodolfo Díaz, profesora Rita Ledesma, licenciada Corvalán de Llugdar, profesora Marta García de Soria y tantos otros que vivieron esa etapa donde se formaba y se dotaba al futuro docente de todos los instrumentos y capacidades necesarias para ser maestros o profesores ejemplos que los niños y jóvenes requieren.
Faltan también carreras para formar a los adultos, a los que atienden guarderías, geriátricos, y se formen bedeles, preceptores, etc.
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