Por la profesora y abogada, Mirta Guerrero
Los expertos opinólogos pretenden analizar el drama de la inseguridad y la crisis de valores como productos de la pobreza, otros, van más allá y nos llevan a la falta de educación y hasta a las huelgas docentes mas el no cumplimiento con el número de clases. Así nos presentan al número mágico, el de 180 días y san se acabó, la falta de educación. Con 180 días, como un toque mágico, se termino el problema que trae aparejada la falta de educación y todos, como por orden de un genio bienhechor, serán educados, no habrá analfabetos y, por sobre todo, tendremos un país de maravillas.
Caen en la cantidad y no en la calidad, en formulas mágicas formales y no en las de fondo.
El problema de la inseguridad esta asentado en cuatros pilares básicos:
El problema de la inseguridad esta asentado en cuatros pilares básicos:
1.- La falta de inclusión social seria y concreta, (no cacareada e irresuelta por años y miles de promesas vacías).
2.- La droga, que no es patrimonio de un estamento social (no quiero decir clase, por que aquí nadie tiene clase, entendida como algo que prestigia) y, al parecer, difundida por la falta de seguridad jurídica y la complicidad de algunos que tienen el poder de combatirla. No miran o miran para el costado, mientras reciben "obsequios" con la mano izquierda.
3.- La falta de ejemplo dignos, de honestidad, compromiso y de respeto de los que nos dirigen y aun hasta de algunos padres y maestros. El modelo de virtud a seguir desapareció con el clientelismo, el fraude, la mentira y el enfrentamiento por la torta política que beneficia a algunos, la moda hueca formalista y simplista y que sacrifica a la miseria, a la bronca, la rebeldía y la calle a otros
4.- Y, sobre todo y en base a todo lo anteriormente dicho, la falta de una política educativa en serio. Donde se brinde excelente infraestructura, escuelas abiertas todo el día, la anulación de escuelas de tres turnos para que entren tres establecimientos en un solo edifico. Las escuelas activas sólo durante 3 horas, donde 1 h, es sólo para comer y lo demás apenas para aprender.
Maestros desprestigiados y temerosos, agravado porque algunos tomaron la profesión no por vocación, sino como un medio cómodo o a mano para lograr un sueldo y poder vivir.
Que se formaron en profesorados con proyectos caducos y que no se los preparó para enfrentar el siglo XXI, con su crisis y sus valores, la tecnología, la cibernética, más una intensa vida social y de compromiso ciudadano y democrático.
Los programas de tecnología (por lo menos de mi sobrina, causa risa y dolor a la vez, cartones, alambres, pura tontera simple y boba.
Programas que no preparan para la vida ni para el trabajo o la vocación futura. Que informan una serie de temas huecos, entrecortados y algunos sin sentidos.
Se perdió el ejercicio diario de la lectura, de leer los clásicos y la literatura infantil. Se usan libros que salieron, quizás, de algún negocio editorialista, que tienen miles de defectos, aun para agilizar la comprensión y la expresión oral y escrita. Los niños no escriben, no leen, no se plantean situaciones problemáticas, propias de la vida diaria, para encontrar soluciones. No se aprenden normas de urbanidad, respeto, responsabilidad, verdad y justicia.
Esto, agravado por la indiferencia, ignorancia o tal vez despreocupación de la mayoría de las familias, y en especial de las madres que perdieron el timón de la escuela y la vida escolar de sus niños.
Defiendo a la mujer siempre, pero no soy feminista, soy humanista. Está bien que deseen triunfar en su carrera, en su profesión, en su vida social, pero hay un trabajo irrenunciable que es la atención y educación de sus hijos.
Desde que la familia corre al avance del siglo, a veces para mal, los maestros sufren día a día los pruritos sexualizados (la seño, no puede ahora ni besar a su alumno porque es tildada de promiscua o denunciada), el Estado ausente o peor, presente para hacer proyectos educativos que tienden a hacer ignorante, tonto y sin comprensión y conocimientos valederos a los jóvenes.
La Educación no existe. La inseguridad y la droga avanzan por sobre todo el presente, y el futuro está en el lodo y desbarrancándose.
Proclamo siempre que el conocimiento es virtud (Sócrates, es sabiduría (renacimiento e ilustración) y, por sobre todo, es poder (modernidad) no poder para ser poderoso sino para poder vivir en plenitud con educación, desarrollo y democracia. Hay que estudiar hasta que duela. Sólo así saldremos de este infierno.
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